Cuando en una carrera te aplaude el padre de tu rival debes empezar a pensar que has emprendido la marcha en sentido contrario. Vamos, digo yo.

Y el ejemplo debiera servir también en la política.

Ayer “El Correo Español”, vocero de todas las fuerzas antinacionalistas (vascas) y propiedad de los clanes enfrentados históricamente al nacionalismo (vasco) aplaudía con entusiasmo al actual presidente del partido que fundó Sabino Arana.

Decía el editorialista de “El Correo Español” que «Josu Jon Imaz ha mantenido en sus intervenciones públicas antes del alto el fuego, durante su transcurso y después de que ETA dinamitara la tregua con el atentado de Barajas una actitud de responsabilidad que puede conectar al PNV, como en muy pocas ocasiones ha sucedido en el pasado, con lo que de unidad requiere la política antiterrorista como política de Estado».

El mérito que atribuye el editorialista al líder jelkide estriba en que se ha alineado en esas posiciones en momentos que «no coinciden con la mejor situación, en cuanto a cohesión interna, del Partido Nacionalista. Y buena parte de sus divergencias surgen en torno a la política a realizar frente a ETA y respecto a la izquierda abertzale».

Citaba, por ejemplo, que «la quiebra más palpable, por su trascendencia, es la del propio lehendakari, desapegado de las directrices de la dirección jeltzale y obsesionado en recalcar su protagonismo y reconducir cualquier iniciativa hacia su denostado plan. Su convocatoria de manifestación, haciendo caso omiso a la opinión contraria del presidente del EBB y de sectores relevantes del partido, sin importarle el confusionismo creado y el riesgo revisionista que conlleva, son una muestra de esta dificultad para aglutinar a la formación en una estrategia única. La medida ambigüedad de su lema, ‘Por la paz y el diálogo’, es todo lo contrario de la meridiana claridad con que el PNV de Imaz se ha venido pronunciando en los últimos meses». Ya tenemos uno bueno y otro malo. Falta el malísimo.

Y a ese lo localiza el editorialista en Gipuzkoa:«Esta falla en la cohesión, palpable en la existencia de fuertes corrientes internas, en particular la liderada por Joseba Egibar (...) podría desequilibrar la actual línea e incluso orientarla hacia posturas más proclives a un acercamiento con la izquierda abertzale». ¡Horror y pavor! - msoroa@gara.net