Desde sus orígenes en Porto Alegre (2001) , el Foro Social Mundial (FSM) ha prestado especial atención a problemas que alcanzan en Africa toda su intensidad. En su última edición, la cita anti globalización tuvo una de sus sedes en la capital de Mali. Tras esa experiencia, las miradas y las voces de millares de activistas y organizaciones que creen que Otro Mundo es Posible se centran durante estos días en Kenia.
Esta primera reunión íntegramente africana debe servir a los asistentes para impregnarse de la riqueza del movimiento social y comunitario de un continente que acoge numerosas experiencias de luchas y que, por encima de las dificultades, hace de las personas y de los vínculos humanos un poderoso motor en la búsqueda de alternativas a la pobreza, al deterioro medioambiental, a las pandemias, a la discriminación, a la guerra.
Entre los objetivos generales que se abordarán en los debates, talleres, exposiciones y conferencias de Nairobi figuran la promoción de un modelo económico sostenible y basado en las personas, que garantice la igualdad de género, el libre acceso a los bienes comunes de la humanidad... Estos y otros postulados sociales, en tanto que enunciados globales el primer objetivo es la «construcción de un mundo de paz y justicia» atraen a la gran cita antiglobalización a movimientos dispares y a las más variadas instituciones. Como prueba un botón: el Parlamento de Nafarroa envía una delegación a la reunión de Nairobi, un foro en cuya agenda figura el compromiso de «edificar verdaderas instituciones políticas democráticas con la completa participación de las personas en la toma de decisiones y en el control de los asuntos y los recursos públicos» y que en su agenda defiende «un orden mundial basado en la soberanía, la autodeterminación y los derechos de las personas». ¿Apuesta la Cámara navarra por incorporar tales postulados a la labor diaria de una institución en la que hoy no están representadas todas las opciones políticas presentes en la sociedad navarra?
Fácil de utilizar como marchamo de progresía, algunas voces advierten del riesgo de mercantilización del FSM. Sin embargo, ¿no es ese carácter multicolor el gran valor del Foro en un mundo superpoblado de trincheras? Nairobi es escenario de mil debates, incluido el debate permanente sobre el mejor modo de congregar a personas y luchas para cambiar las cosas, de abajo hacia arriba. -