BRUSELAS
La Comisión Europea publicó ayer el informe final de su investigación sobre la banca minorista, en el que constata la existencia de «importantes problemas de competencia» en los mercados de las tarjetas de crédito y productos minoristas que «incrementan innecesariamente el coste de los servicios de la banca para empresas y consumidores».«En muchos estados miembros, los usuarios están siendo timados», aseguró la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, qué anunció du disposición a intervenir pero no aclaró que plazos se marca la Comisión ni cuáles son los estados miembros donde la situación es más preocupante.
El informe destaca la elevada rentabilidad que obtienen los bancos por la emisión de tarjetas, lo que sugiere, a su juicio, que las entidades de algunos países miembros gozan de un «poder significativo» en el mercado. También apunta a ciertas prácticas como el método de cálculo de la comisión que pagan las tiendas por el cobro con tarjeta.
Plataformas conjuntas
En muchos casos este tipo de entidades renuncian a competir territorialmente o comparten plataformas electrónicas, lo que puede reducir la competencia.
Otro problema detectado por la investigación es el de los registros de créditos, que contienen datos confidenciales que los prestamistas utilizan para establecer los tipos de préstamos, y que, a juicio de Bruselas, «pueden utilizarse para excluir a nuevas empresas que quieran acceder al sector». La Comisión critica además la venta ligada de productos, por ejemplo cuando un cliente de un préstamo se ve forzado a suscribir un seguro adicional o una cuenta corriente. Finalmente, ha detectado «grandes obstáculos» para que los clientes puedan cambiar de cuenta corriente a otro banco.
Visa y Mastercard, las dos grandes compañías emisoras de tarjetas del mundo defendieron el cobro de comisiones por el pago con tarjeta, que consideran «suficientemente transparente y beneficioso tanto para las entidades bancarias como para los consumidores».