Gortázar expresa en sus cuadros el miedo del artista a quedarse en blanco
El pintor bilbaino Alfonso Gortázar presenta en Artium una treintena de obras en las que refleja el temor del artista al lienzo en blanco. El tema toca muy de cerca al propio Gortázar, quien pasó por una crisis creativa en los años noventa. Los espacios en blanco son, pues, una metáfora de «una duda sistemática al enfrentarse a la pintura, a qué y por qué pintar». La exposición, titulada “In albis”, ha sido inaugurada hoy en el Artium de Gasteiz y se podrá ver hasta el 10 de junio.
GASTEIZ
La exposición “In albis”, del pintor Alfonso Gortázar (Bilbo, 1955) se exhibirá desde hoy hasta el próximo 10 de junio en el Artium, el centro-museo Vasco de Arte Contemporáneo de Gasteiz. La exposición consta de 30 pinturas, la mayor parte de ellas pertenecientes a la última década. Esta es la primera gran muestra de Gortázar en un museo, según informaron fuentes del museo.
El título de la muestra de Gortázar, uno de los artistas más representativos de la figuración, hace referencia a la presencia continua de lienzos en blanco en sus pinturas, ante los que en muchas ocasiones el pintor es retratado o autorretratado en pose reflexiva, aparentemente “in albis”.
Un lienzo en blanco y una selección de collages completan la exposición que acoge el Artium, un museo que ya tiene en su colección tres cuadros de grandes dimensiones del artista bilbaino fechados en 1983, 1988 y 2001.
Gortázar, profesor de pintura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, comenzó trabajando en una variante del «pop» en la que combinaba una cuidada atención a cuestiones formales y compositivas con la expresividad de brochazos aparentemente improvisados, según explicaron ayer los organizadores en la presentación de la muestra. Desde esta acepción post-pop, Gortázar actualiza desenfadadamente los iconos de la tradición pictórica vasca. Los estereotipos de Arteta y Arrue son trasladados al mundo actual con una inmediatez asombrosa, mediante un lenguaje plástico fluido y colorista, perverso e irónico. El ámbito rural convive con el paisaje tecnológico, del mismo modo que el dibujo y el color se convierten en la alegoría del universo privado del pintor. Después orientó sus obras hacia otro tipo de figuración en el que la pintura «recupera la profundidad y el impulso narrativo».
Gortázar reivindica el color y la composición en sus pinturas, en las que el paisaje, las construcciones precarias como chabolas o tiendas de campaña y los personajes, muchas veces autorretratados, son elementos esenciales.
En un momento clave de su carrera artística, a principios de los años 90, el pintor vizcaino dejó de exponer por «estar cansado del mundo del arte, del arte como institución». Tras este periodo de crisis creativa, su trabajo se centró en la propia pintura, el pintor y cómo se enfrenta a su obra, y desde entonces mantiene una relación crítica con el arte, indicaron los organizadores.
En esta fase siguen presentes el color, el paisaje, las figuras y las chabolas pero ocupa un espacio destacado el lienzo en blanco, una metáfora «de una duda sistemática al enfrentarse a la pintura, a qué y por qué pintar». En su obra figuran pintores con rostros un tanto inexpresivos que se enfrentan a un lienzo en blanco ante un paisaje lleno de color y formas.
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