Una Real hipermotivada peleó de principio a fin en la defensa de un empate que no le vale para mucho. Salió predispuesta al trabajo con una agresividad fuera de lo habitual con la intención clara de impedir al Sevilla realizar su juego y lo consiguió hasta el punto de que el equipo local sólo tuvo una clara ocasión con el remate de Kerzhakov al larguero. Por contra, con el balón, aunque tuvo una gran opción en un centro de Gari que Kovacevic cabeceó sin oposición a las manos de Palop y Elustondo puso en apuros al portero sevillista en dos disparos desde fuera del área, apenas llegó al área rival y ya lleva una racha de once partidos sin marcar en los últimos quince que le impiden obtener las victorias necesarias para acercarse a una salvación que sigue a ocho puntos, casi nueve con el average.

En condiciones normales firmar ese partido y ese resultado en el campo del segundo clasificado, que había ganado ocho de sus nueve partidos de Liga ante su afición, sería muy positivo. Pero en la situación actual, con la necesidad de sumar 26 puntos en 17 jornadas, sólo los triunfos son buenos resultados.

Un empate como el de ayer en Sevilla sólo es bueno si se consigue ganar en casa el sábado al Madrid, pero lo malo del serio partido jugado por los de Lotina en el Pizjuán es que con este tipo de planteamientos defensivos es difícil ganar en casa. Todo el balance ofensivo de la Real se limitó a dos disparos desde fuera del área de Elustondo y Xabi Prieto en el primer tiempo y a la mencionada jugada entre Gari y Kovacevic y al remate con mucha intención del chaval desde el centro del campo. En todo el partido la Real envió diez balones al área de Palop por los 44 del Sevilla, que dispuso de diez corners por uno solo de su rival. Un partido con esos números lo normal es perderlo, empatarlo un éxito y ganarlo un milagro. El Sevilla llevó la iniciativa siempre y demostró que le empieza a faltar la frescura que tenía a comienzo de temporada y que se desparrama cuando se juegan tantos partidos, con tanta intensidad en tres frentes. El detalle de dejar en el banquillo para recuperar a Poulsen y retirar el descanso que había concedido a Renato es un ejemplo del proceso de reparto de esfuerzos que debe realizar Juande.

Por la derecha

 A falta de frescura, el Sevilla llevó la iniciativa y buscó sistemáticamente la banda derecha, con un gran trabajo de Garrido y Gari, que impidieron a los sevillistas sacar centros en buena situación. La Real defendió sin grandes apuros los centros lejanos y los únicos problemas que encontró Lotina fue el riesgo de un acelerado Rivas de ver una segunda tarjeta y la falta de una referencia de ataque sin Kovacevic.

Por eso salieron Garitano y el serbio, pero la Real sólo abandonó su cueva en dos jugadas en todo el segundo tiempo y lo malo de eso, al margen del resultado, es que esa forma de jugar no vale para llevar la iniciativa en Anoeta y puntos como el de ayer sólo permiten seguir en la UVI más tiempo expuestos a una muerte más lenta. Porque los jugadores salen al campo con una mentalización ideal, dispuestos a pelear y a dejarse la vida, pero su club la pierde cada domingo que pasa sin goles y sin triunfos. Y la Real se sigue desangrando sin que sus responsables den con las soluciones.