La frase es de Lotina de ayer tras un partido en el que alineó un once en el que sólo Garrido, Elustondo y Xabi Prieto repetían posición con respecto al anterior. Si se quita al donostiarra, no hay ningún jugador de campo que lleve más de tres en la misma posición y sólo él, Juanito, Mikel González y Savio no han conocido las dudas que llegan cuando un entrenador te saca del once. Así es difícil que un equipo tenga confianza a la hora de buscar la portería contraria, una faceta en la que es necesaria los hábitos o los automatismos, que decía Denoueix. La Real no tiene juego colectivo en ataque porque no se ha dado continuidad a nada y además no tiene referencias en el campo a partir de las cuáles construir un equipo. Si ya es criticable sentar en el banquillo a los jugadores con más peso específico del vestuario -Aranburu, Kovacevic y Garitano-, ayer se les unió el capitán Aitor. Cuando el objetivo es sólo defender no hacen falta más referencias que el balón y los rivales y basta con trabajar juntos cerca del área para no ofrecer espacios al rival, pero a la hora de atacar es difícil hacerlo con un once en el que entre los siete jugadores que actúan en las posiciones centrales ninguno lleva más de dieciséis partidos en la Real.