Bilbao Basket finalizó el primer cuarto del partido por delante (13-14), a pesar de haber anotado únicamente dos canastas en juego en diez minutos. Parecía que, a poco que mejorara en ataque, se podría llevar la victoria de Alicante y mantener así su ventaja respecto a los puestos de descenso. Pero no hubo mejora, todo lo contrario. En el segundo cuarto, los vizcainos comenzaron a flaquear incluso en lo poco que habían acertado en el primero: los tiros libres. Entre imprecisión e imprecisión, Etosa recuperó el mando en el marcador y se retiró al descanso con un 36-31 favorable que aún daba opciones al Bilbao Basket, en gran medida porque los locales tampoco tenían su mejor día.

Rancik despierta tarde

Parecía mentira que, con tan sólo cuatro tiros de dos anotados en veinte minutos, Lagun Aro estuviera todavía metido en el partido. Y permaneció en él hasta el último cuarto, que finalizó con un apretado 50-45 merced a la inoperancia ofensiva de unos y otros. Pero el cántaro acabó de romperse en favor de los alicantinos, que demostraron ser los menos malos de un partido impropio de la ACB. Un parcial de 11-2 les puso 61-47 por delante, ante una afición que por fin veía correr a su equipo.

Rancik, que anotó su primera canasta en juego a seis minutos del final, despertó con seis puntos consecutivos, pero ya era demasiado tarde. Bilbao Basket se acercó a ocho puntos a cuatro minutos del final, pero los alicantinos aumentaron su ventaja en un abrir y cerrar de ojos, aprovechando las numerosas pérdidas de los vascos -un total de 16 en todo el partido-.

Los veteranos del Etosa acabaron gustándose y maquillando sus estadísticas, logrando a su vez la máxima renta del choque a un minuto del final, gracias a una bandeja de espaldas de uno de los Lewis (75-58).