Aparte de las dos palizas sufridas a manos del Getafe, de lo que más se ha hablado a lo largo de la semana ha sido de la renovación de Ludovic Delporte. Sorprende la celeridad con la que se ha producido después de un proceso tan azaroso y traumático, el cual se ha prolongado a lo largo de nada menos que ocho meses.

 No cabe duda de que a ninguna de las partes le interesaba prolongar el contencioso, y mucho menos acabar viéndose en los pasillos judiciales pero, aunque se nos pueda tildar de malpensados, esa rapidez con la que se ha producido el acuerdo induce a pensar que, aparte del compromiso en cuanto a duración y dinero, puede haber algún que otro pacto no escrito.

El de Sainte-Catherine-Iès-Arcs sigue siendo un jugador cotizado por su juventud y calidad -a buen seguro que seguirá teniendo ofertas en cuanto recupere su nivel de juego- y el club rojillo ahora sí que puede sacar tajada económica de ello, al haberse estipulado una cláusula de nueve millones de euros.