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Sexo en grupo

«Shortbus"

«Shortbus" es el ejemplo más claro de que una película con sexo explícito no tiene por qué ser necesariamente pornográfica: no pretende excitar al público, sino hacer que reaccione y se libere de sus prejuicios.

M.I. | DONOSTIA

John Cameron Mitchell es un icono de la cultura gay desde que sorprendiera al mundo con su película «Hedwig and the Angry Inch», basada en el musical homónimo que había deslumbrado a la modernidad neoyorquina en los escenarios del 0ff-Broadway. Con su segundo largometraje, presentado en el Festival de Cannes, Cameron ha vuelto a llamar la atención revalidando su capacidad de provocación. Y lo ha hecho a base de ampliar su campo de actuación, que ya no se limita a una figura transexual de inspiración más o menos autobiográfica, sino que afecta a lo que es el ambiente urbano del sexo en todas sus variantes y rarezas.

«Shortbus» es el término por el que en los EE.UU. se conoce al autobús escolar amarillo, más corto que el que solemos ver habitualmente en las películas, reservado a los discapacitados y demás niños que no encajan dentro de la normalidad. El director lo toma como nombre para un local de intercambios sexuales, intelectuales y artísticos. Se trata de un refugio en la noche de Manhattan hecho a imagen y semejanza del salón parisino de Gertrude Stein, en el que poder reunirse las personas que no se identifican con el modo de vida paranoico impuesto por la administración Bush a raíz de los atentados del 11-S.

«Shortbus», la película, supone en consecuencia una respuesta consciente al puritanismo que actualmente domina la sociedad norteamericana, en un intento por recuperar la imaginación y el sentido del humor que deberían presidir las relaciones personales íntimas.

El anfitrión del local lo define conceptualmente así: «Es como en los sesenta, pero menos optimista». Lo más revolucionario de «Shortbus» es su método interpretativo, nacido de una selección entre personal reclutado en revistas alternativas, con la única condición de no tener ninguna experiencia profesional en la actuación.

Los que finalmente fueron elegidos para los talleres de improvisación salieron de unos contactos privados a la búsqueda de afinidad, unas grabaciones espontáneas y desinhibidas de preparación para las escenas de sexo explícito.

Luego vino la excusa argumental, que se centra en una terapeuta de origen asiático que trata a una pareja homosexual abierta a un triángulo, pese a no saber lo que es tener un orgasmo con su marido.

Ficha
Dirección: John Cameron Mitchell. Intérpretes: Lee Sook-yin, Paul Dawson, Lindsay Beamish, Raphael Barker. País: EEUU, 2006. Duración: 101 minutos. Género: Comedia sexual.

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