Aunque «Días de cine» fue escrita por David Serrano antes de que debutase en la dirección con «Días de fútbol», solamente el éxito de público de dicha comedia le ha permitido volver sobre su viejo guión para plantear una suerte de trilogía humorística. El esquema se repite por su planteamiento coral, pero esta vez cambian la ambientación y la época a satirizar.

Se pone en solfa al llamado «cine del destape» a través de la recreación de un típico rodaje de los años setenta, donde los estereotipos son exagerados en función de un enredo que se pretende mayúsculo.

El actor más elogiado de todo el reparto de esta película está siendo Miguel Rellán, quien intrpreta a uno de aquellos productores venidos a menos por su verdadera condición de estafadores de medio pelo. Es quien, entre otros que se suben al carro de la farándula, termina convirtiendo la obra protesta concebida por un joven autor teatral en un musical folklórico, debido a que un constructor inversionista desea, en realidad, beneficiarse a una cupletista necesitada de un impulso para su maltrecha carrera.