La preocupación por la estabilidad de los mercados financieros es uno de los temas que centrarán la reunión que los ministros de Finanzas de los siete países más industrializados (G-7) -integrado por Alemania, EEUU, Japón, Gran Bretaña, Canadá, Italia y Estado francés-, celebrarán a partir de hoy en Essen. China participará por primera vez en los debates.

Sin embargo, las diferencias entre los siete a la hora de valorar los problemas concretos, como la debilidad del yen o los fondos de riesgo (Hedge Fonds), hacen prever que en el comunicado final no habrá conclusiones precisas de cómo hacerles frente.

Alemania, como presidente de turno del G-8 (que incluye a Rusia, ausente del G-7), quisiera llegar más lejos en el problema de los Hedge Fonds, un mercado que ha crecido vertiginosamente en los últimos diez años con los consecuentes peligros para la estabilidad financiera.

El creciente protagonismo de China en el escenario internacional quedará reflejado al participará en los debates centrales sobre el desarrollo de la economía mundial y los tipos de cambio, privilegio que no ha tenido ni siquiera Rusia, que no participa en el G7.