La Plataforma por una Depuradora sin Malos Olores ha criticado el informe redactado sobre las emanaciones que se originan en la depuradora situada en el barrio donostiarra de Loiola. Denuncian los vecinos de la zona que en el análisis realizado por la empresa Applus, por encargo de Aguas de Añarbe, se calificaba de escasa la presencia de sulfuro de hidrógeno y amoniaco en el aire y se planteaba que la causa del problema reside en los desaneadores. «Proponía el cubrimiento solamente de este espacio, la aplicación de una operación de burbujeo a las aguas sucias que ayude a desprender sus gases para separarlos y eliminarlos, mejorando asimismo los sistemas de desodorización», recuerdan los vecinos, que aseguran que el resultado de ese estudio está condicionado por las importantes carencias que contiene en su metodología y en el sistema de toma de muestras utilizado. «Creemos que la forma en que se han realizado las mediciones no acredita que las emisiones molestas de olores y gases no sean dañinas para la salud, pues disponemos de datos aportados por técnicos cualificados para poderlo decir», explican.

«Ni cerrando las ventanas»

Por ello, consideran que la medidas propuestas por la empresa encargada del informe y que, según ellos, van a ser adoptadas por Aguas de Añarbe, resultarán «insuficientes y no van a resolver el problema»; al contrario, consideran que puede aumentar en los próximos meses.

Los vecinos mostraron su disconformidad en una reunión que mantuvieron hace unos días con el alcalde de Donostia, el presidente de Aguas de Añarbe, un responsable de la Confederación Hidrográfica del Norte y el director de la planta depuradora. En ese encuentro, les pidieron que se encargue otro nuevo estudio técnico a una empresa homologada.

Mientras tanto, los vecinos piden que se paralice el funcionamiento de la instalación e insisten en que la medida que puede dar solución satisfactoria al problema es el cubrimiento completo de las instalaciones.

Entienden que la situación a día de hoy es «insostenible», ya que, dependiendo del viento y la temperatura ambiente, «la zona afectada -que comprende los barrios de Zorroaga, Txomin, Loiola, Martutene, Amara Berri e Intxaurrondo- está expuesta a olores repugnantes e insoportables, hasta el punto de que, en ocasiones, no se puede permanecer en el interior de las viviendas ni siquiera cerrando las ventanas».