Copa El torneo arranca con la máxima emoción
DKV Joventut eligió el momento preciso para adelantarse
Akasvayu Girona fue por delante durante todo el partido pero Marcelinho Huertas forzó la prórroga en el último segundo y la Penya llegó más entera al momento decisivo para culminar la remontada
La Copa tuvo un inicio apasionante, disputado y por qué no decirlo, bastante cruel con un Akasvayu Girona que volvió a quedarse fuera a las primeras de cambio tras un partido que dominó en el marcador hasta el último segundo, justo cuando Marcelinho Huertas forzó la prórroga con su canasta sobre la bocina. El efecto sicológico hizo el resto y la Penya se puso por delante en el marcador por vez primera en el minuto 41 y se coló en las semifinales, con el base brasileño como revulsivo.
Y es que, el jugador sudamericano, que no había jugado un solo minuto en todo el partido, fue el último recurso al que tuvo que recurrir Aíto García Reneses cuando su equipo se encontraba contra las cuerdas, con un 65-60 adverso a falta de poco más de cinco minutos para el final. Marcelinho Huertas no sólo anotó seis puntos en ese tiempo, sino que hizo cuatro en los últimos 10 segundos para sellar una increíble prórroga con una bandeja al filo del final. En el otro lado de la balanza, Germán Gabriel, que perdió el balón que dio opciones de forzar el tiempo extra y Fucka, que tomó una tras otras las peores decisiones para su equipo, se convirtieron en los villanos para el equipo gerundense.
A pesar de que les costara inaugurar el marcador, el equipo de Pesic tomó el mando del partido desde el inicio y tuvo maniatado a un Joventut que era incapaz de tomar la iniciativa pero que tuvo la virtud de no rendirse y eso le sirvió para culminar la remontada. Salenga, muy entonado en el primer cuarto, fue el encargado de darle las primeras ventajas al equipo gerundense. Ricky Rubio fue el revulsivo de Aíto ante el mal día exterior de los suyos y los parciales se sucedían por uno y otro lado, pero siempre con Akasvayu por delante. Un triple de Salenga para el 63-58 parecía sentenciar, pero se toparon con el «factor Marcelinho», que permitió la prórroga y guió a los suyos para conseguir un triunfo que parecía imposible con un 9-7 en el tiempo extra.