La Oficina Pública del Euskara «a nosotros no nos sirve para nada», declaró tajantemente la presidenta de Seaska, Isabel Xarriton. Ése fue el resumen del malestar que ha surgido en los últimos meses, pero las explicaciones fueron más extensas, comenzando por la denuncia de que la OPE no ha aportado su ayuda en los momentos en los que se negociaba el acuerdo de Seaska para definir sus necesidades, ni en la creación de nuevos centros ni tampoco para negociar las nuevas plazas de profesores.

Las subvenciones públicas para el funcionamiento de la Federación no han aumentado en 14 años a pesar de que el número de alumnos se ha incrementado en 1.000. Por ello, Seaska exige a la Oficina Pública que «aumente de manera consecuente la subvención», así como que garantice la «atribución de puestos de educadores necesarios para poder hacer frente al curso 2007-2008 de una manera conveniente».

También se hizo mención expresa a la firma, la pasada semana, del convenio entre la OPE y el Ejecutivo de Lakua por el que éste se compromete a no conceder subvenciones directas a las ikastolas de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa. «Le pedimos al Gobierno Vasco -indicó Xarriton- que intervenga ante la Oficina Pública para que los fondos acordados se utilicen principamente para reforzar Seaska».

Por otro lado, en la comparecencia se informó de que un electo vasco escuchó a uno de los reprensentantes del Estado francés decir lo siguiente: «Seaska, hay que aplastarlos». Si la veracidad de tales declaraciones no está contrastada, lo que sí son evidentes son las actuaciones que se han llevado a cabo durante los últimos meses: presiones en los ayuntamientos para que limiten sus ayudas a Seaska, presiones administrativas contra las ikastolas, presiones para impedir la apertura de nuevos centros...

Incluso está prevista la supresión de plazas de profesorado en diez ikastolas. Este curso, de los 96 puestos de profesores con los que cuentan las ikastolas, dos los financia la Federación y otros dos son necesarios para el trabajo de dirección que no financia la Inspección Académica. Lo propuesto para el curso que viene es aún peor, ya que se ha previsto el mismo número de puestos que este año, cuando se prevé un aumento del alumnado que conllevará la necesidad de cinco puestos y medio más de profesores, más los dos de dirección que tendrá que financiar Seaska.

A pesar de las dificultades, la Federación prevé abrir un nuevo centro en Donamartiri para el próximo curso, aunque la Inspección está poniendo muchas dificultades para ello.

En este contexto el conjunto de federaciones de ikastolas de Euskal Herria dará una rueda de prensa mañana en Donostia. Seaska, además, llevará la protesta a la calle para obligar a las instituciones públicas a dar una respuesta conveniente.