Todo lo relacionado con las reservas de agua ha adquirido gran importancia a raíz del último periodo de sequía que viene soportando Euskal Herria. No es un asunto baladí una vez que en el caso del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB) y Amvisa llegan a detraer 0,4 hectómetros cúbicos para abastecer a Gasteiz, la mayoría de los municipios vizcainos y mantener el caudal ecológico de los ríos Zadorra y Arratia.

A pesar de la lectura tranquilizadora que hacen los rectores del Consorcio y Amvisa, desde otros foros se pone en cuestión su gestión, especialmente en lo que se refiere al abandono de los recursos de los consistorios y las captaciones de emergencia que se construyeron hace 17 años sustituyéndolos por los caudales provenientes de los embalses de Ullibarri-Ganboa.

Una muestra de la «mala gestión» es que se ha recurrido a las obras de emergencia cuando la situación de alerta era inminente, aunque desde la dirección del Consorcio, por ejemplo, se ha desmentido que haya existido tal «improvisación». Distintos agentes achacan «falta de diligencia» a la hora de activarlas, lo que ha supuesto perder importante caudales que ahora no puede aportar a la red de abastecimiento.

La mancomunidad vizcaina explica que puso en marcha las captaciones tras recibir las pertinentes autorizaciones de la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN) y cuando el protocolo ante la sequía lo fija. El bombeo del Kadagua no entró en funcionamiento hasta el 22 de noviembre en El Berrón e Ibarra. Una semana antes se activaron las seis captaciones en las escorrenterías del río Arratia en Artea, Areatza y Zeberio. La situación de los pantanos era entonces preocupante.

El caso de Amvisa es aún más grave, pues dependiendo de los mismos embalses -los del sistema del Zadorra- a día de ayer no había puesto en marcha ninguna, a pesar de los reiterados anuncios de sus responsables políticos de que lo iban a hacer y que dispone de los pérmisos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Fuentes de Aguas Municipales de Vitoria (Amvisa) aventuraron ayer a este diario que a final de esta semana prevén aprovisionarse de agua en la captación de Langraiz, una vez que se han acometido labores de «puesta a punto» de las instalaciones.

GARA ha podido confirmar de fuentes sindicales que durante años Amvisa no ha efectuado tareas de mantenimiento de las captaciones construidas a raíz de la sequía de 1989-1990 en Zaias, Araia, Langraiz, Baias, Ega, Opakua, Maeztu y Gorbeia. La razón es de índole económico. El Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia afirma que ellos sí mantienen «con normalidad» estas infraestructuras de emergencia.

Esta misma denuncia ya fue realizada por el alcalde de Asparrena, al achacar a Amvisa «falta de previsión» para empezar los trabajos previos a la puesta en funcionamiento de las captaciones en Araia. «Deberían haber empezado tres meses antes», afirmó Juan Luis Antia. Desde Amvisa confirmaron a GARA que los trabajos en este nacedero ya se han ejecutado, aunque su uso pende del encuentro que solicita Antia con Amvisa, Lakua y Diputación para que se acuerde quiénes van a sufragar las distintas obras de mejora que reivindica el Consistorio.

El temporal de nieve de hace tres semanas ha aliviado a los responsables de Consorcio y Amvisa, una vez que los pantanos se han situado casi a la mitad de su capacidad total. Así, la mancomunidad vizcaina todavía no ha conseguido de la CHN la autorización para el bombeo del Nervión en Arrigorriaga, «ya que con el protocolo vigente -el que se elaboró en la sequía de 1989-1990- y las reservas actuales tampoco le corresponde ponerle en funcionamiento». Estos permisos, según estas fuentes, «tienen un trámite muy complejo», que lo hace «lento».

La política de los últimos años de los consistorios y del propio Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia respecto a los recursos propios de los municipios es puesta en cuestión. Distintos agentes acusan a los gestores de haber abandonado nacederos y acuíferos, acordándose de ellos cuando las reservas de los embalses alaveses ha-bían disminuido de manera alarmante.

La entrada de la mayoría de los municipios vizcainos en el Consorcio -ya son 63 de los 112 y se prevé la adhesión de 20 localidades de Lea Artibai y Enkarterriak en el horizonte de 2009- lleva a los ayuntamientos a abandonar sus recursos propios para pasar a depender exclusivamente de los de la mancomunidad. Fuentes consultadas por GARA aseguran que esta práctica supone «renunciar a unos recursos que han servido durante muchísimos años a sus municipios para vivir y desarrollarse, cuando son perfectamente válidos y lo único que necesitarían sería de una buena gestión que mejore su utilización, aumento y garantía sanitaria». La razón que aduce el Consorcio de Aguas, según estos agentes críticos con la actual gestión, es que le sale más barato suministrar agua de su red que mantener las instalaciones municipales.

De este modo, según propias reflexiones del presidente, el jeltzale Ibon Areso, el sistema de abastecimiento es más vulnerable, ya que depende de los embalses del Zadorra y de la depuradora de Beteluri, en Arrigorriaga. No es la primera ocasión en que diferentes agentes políticos, sociales y sindicales reclaman un aumento de los recursos, una mejor gestión de los existentes -incluyendo los municipales- y la reducción de las pérdidas en las redes de suministro. La razón que aducen desde la entidad para conectar a todos los municipios a su red, es que así se garantiza más el abastecimiento. A.G.