Anjel Lertxundi, Alfonso Sastre, JoxAnton Artze, Toti Martinez de Lezea, Nestor Basterretxea, Mikel Laboa, Benito Lertxundi, Kepa Junkera, Jon Maia, Xabier Amuriza y José Luis Zumeta son algunos de los más de 250 profesionales de la cultura que respaldan un manifiesto en defensa del santuario magdaleniense de Praileaitz, en el término municipal de Deba.

Este manifiesto lo dieron a conocer ayer, durante el acto de presentación de Praileaitzen Lagunak, los promotores de esta asociación, Fito Rodriguez, Fernando Larruquert, Maite Marco, Nekane Oiarbide, Koldobika Jauregi y Pello Urtasun, quienes estuvieron respaldados por algunos de los firmantes, como Julia Otxoa, Ricardo Ugarte, José Antonio Sistiaga, Xabi Otero o José Angel Irigaray.

La presidenta, Maite Marco, afirmó que la asociación está constituida por «un grupo heterogéneo de personas que amamos la cultura de este país. Lo único que nos mueve es la situación de peligro en que se encuentran la cueva y el yacimiento de Praileaitz. Si las voladuras continúan como hasta ahora, tememos que este santuario pueda desaparecer en poco tiempo». Marco no ocultó que la la asociación surge porque sus miembros consideran que las instituciones no están haciendo «lo suficiente».

El escultor Koldobika Jauregi, que se ha ocupado de las alegaciones que la asociación ha presentado ante el Gobierno de Lakua, en el marco del expediente incoado para establecer el régimen de protección de Praileaitz, se mostró «perplejo» ante la necesidad de tener que argumentar «por qué es importante mantener un patrimonio de hace 18.000 años, con pinturas rupestres incluidas».

En su opinión, lo que procede es paralizar la explotación de la cantera en lo que no exista un plan que garantice la pervivencia del yacimiento.

Dio cuenta de diversos contactos que Praileaitzen Lagunak está manteniendo con grupos e instituciones. Han solicitado hablar con Miren Azkarate, «porque creemos que el asunto es bastante grave», pero aún no han recibido respuesta. En cambio, el diputado general, Joxe Joan Gonzalez Txabarri, les recibió ayer, una hora antes de que ofrecieran la rueda de prensa. Para entonces ya sabían que la Diputación tenía previsto replicar por la tarde.

«Nosotros no decimos que no se hayan preocupado, pero está claro que no han hecho lo suficiente; si no, no estaríamos aquí», afirmó Jauregi.

En la reunión, los responsables forales informaron a la asociación de la existencia de un informe sobre las afecciones de las voladuras a la cueva que la Diputación ha recibido esta misma semana. «Ahora es, dicen, cuando se puede aplicar un protocolo de protección y, en base a ese informe, presentarán alegaciones para mejorar la situación. Pero -objetó Jauregi- tampoco sabemos cuándo podrían entrar esas medidas en vigor. Tememos que, entre las elecciones y que unos van y otros vienen, ocurra lo peor».

Al respecto, Nekane Oiarbide apostilló que «no es el momento de hablar, sino el de actuar con decidisón, y eso es lo que pedimos que hagan las instituciones». En la misma línea se pronunció Fito Rodriguez: «Esto no tiene moviola; no es como el fútbol, que le das atrás y vuelves a ver el gol; si desaparece cualquier cosa de Praileaitz, desaparece para simpre».

Fue Fito Rodriguez quien leyó en euskara el manifiesto, y Fernando Larruquert quien hizo lo propio en castellano.

En la rueda de prensa también participaron Joëlle Darricau, dueña de las cuevas de Isturitz, y una de las investigadoras del yacimiento bajonavarro, Aude Labarge. «Como propietaria -dijo la primera-, tengo derechos, pero también deberes, sobre todo porque se trata de algo que es patrimonio de la humanidad. Praileaitz es un regalo que aún no ha desvelado todos sus secretos. Se los irá contando a los arqueólogos, pero tienen que darles tiempo». Por su parte, Labarge, que estudia en Isturitz pinturas similares a las de Praileaitz, declaró que «los yacimientos son hojas de un mismo libro, por eso hay que preservar cada uno de ellos».

Antes de concluir, Koldobika Jauregi apeló al propietario de la cantera, Amenabar, pues, «como persona directamente implicada, también querríamos hablar con él».

Además, recientemente se han descubierto en el interior de la cueva pinturas rupestres, puntos y rayas, cuya antigüedad podría remontarse a hace 18.000 años. Este descubrimiento hace que, por ley, a la cueva le corresponda la consideración de Bien Cultural Calificado, con la categoría de Monumento, y, por tanto, sea de obligada conservación y protección.

Pero, del mismo modo, hemos de manifestar nuestro interés se ha teñido de preocupación, al comprobar que, a pesar de todo lo dicho, la cueva se encuentra dentro de la cantera donde se siguen desarrollando intensas labores de extracción de piedra, que incluyen voladuras, algunas de gran potencia. Los escasos metros existentes entre la zona de explotación y la cueva, así como los diversos trabajos de construcción de pistas y talas de arbolado sobre ella, hacen que en la actualidad este importante yacimiento esté cada vez más cercano a su deterioro o incluso a su destrucción. Y, sinceramente, no vemos que, ante esta situación, ni el Gobierno Vasco ni la Diputación de Gipuzkoa estén actuando con la suficiente eficacia.

Es por esto que, a través de este manifiesto, queremos transmitir nuestra preocupación al conjunto de la ciudadanía y, a la vez, solicitar a las instituciones competentes que tomen las medidas oportunas que lleven a la protección real y efectiva del yacimiento, y que lo hagan con urgencia, pues la actividad de la cantera no cesa.