60 minutos de compromiso por los derechos de los presos
Alrededor de un centenar de familiares agrupados en Etxerat realizaron ayer un llamamiento a la ciudadanía vasca para que secunde un paro en favor de los derechos de los prisioneros el próximo día 23. Como pusieron de manifiesto, la situación en las cárceles es «insostenible", lo que achacan «al mantenimiento de una política penitenciaria letal".
Oihana LLORENTE |
Una hora de paro en favor de los derechos de los presos políticos vascos. Ese fue el llamamiento que realizó ayer Etxerat a toda la sociedad vasca, y especialmente a la clase trabajadora. La cita será el próximo viernes, día 23, a partir de las doce del mediodía. 60 minutos de compromiso para exigir la excarcelación inmediata tanto de los presos que ya han cumplido toda su condena como de los que están gravemente enfermos; y para reivindicar también la repatriación de los prisioneros vascos a Euskal Herria.
«La situación en torno a los presos vascos es insostenible». Ésa fue la concluyente valoración realizada por Estanis Etxaburu, portavoz del colectivo de familiares de represaliados políticos. Con énfasis en sus palabras, afirmó que «es la hora de que la ciudadanía diga basta ya a esta política letal».
Etxaburu, que estuvo arropado en todo momento por cerca de un centenar de familiares, aseguró que «la situación no puede ser más grave para cientos y cientos de prisioneros y para sus familiares».
La razón de ello, según explica Etxerat, es «el hecho de que mantienen en vigor una política penitenciaria letal». El portavoz del colectivo de familiares recordó, en primer lugar, la situación que sufren los presos enfermos con graves afecciones incurables. Etxaburu tildó de «asesina» la política penitenciaria que mantiene en prisión a estas personas y recordó la situación que vive Bautista Barandalla, al que recientemente le han denegado, una vez más, la aplicación del artículo 92.
Otra de las razones por las que Etxerat afirma que la «situación insostenible» se basa en la negativa a la puesta en libertad de 150 presos que deberían de estar ya en la calle. Y recordó que 20 de ellos han cumplido ya la totalidad de sus penas. Etxerat denunció también que con el transcurrir de los días estas listas se alargan.
El portavoz de Etxerat trajo a colación el caso del preso Unai Parot, al que además de mantenerlo en prisión después de haber cumplido su pena le han impuesto una nueva condena.
Etxerat se preguntó cuál es la razón por la que no ponen en libertad a estos presos; «¿para verlos morir en prisión? ¿o para sacarlos a la calle cuando están agonizando?», inquirió.
En la rueda de prensa ofrecida en Donostia, los familiares también hicieron mención a la situación que viven sus allegados dentro de las prisiones. Afirmaron que las condiciones de vida son «muy duras» y, como muestra de ello, ofrecieron un dato revelador: mientras que sólo el 2% del total de presos recluidos en el Estado español está clasificado en el primer grado, este porcentaje se eleva al 80% entre el Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK).
Etxerat se preguntó «¿para qué esta política, si no es para eliminar física, psíquica y políticamente a estas personas que conforman este colectivo?» y apostilló que esta política «además de causar terror, no hace más que alimentar el conflicto político que padece Euskal Herria».
«Actitud miserable»
Estanis Etxaburu también tuvo palabras para describir la actitud de los partidos políticos e instituciones de Euskal Herria. Tildó de «miserables» a algunos de esos agentes y recordó el último pleno del Parlamento de Gasteiz, donde la mayoría de los grupos rechazaron una moción «de mínimos» sobre la situación de Iñaki dde Juana.
«¿Hasta dónde llega la verdadera miseria de ciertas autoridades políticas?». Ésa fue la pregunta lanzada por Etxerat mientras exigía «que hablen menos y hagan más en favor de Iñaki y de los presos vascos».
Etxaburu afirmó que «ante una política penitenciaria que parte de una sed de venganza y busca réditos políticos mediante el chantaje, es la hora del compromiso». Precisamente, con objeto de encauzar ese compromiso, Etxerat puso encima de la mesa la primera cita: el próximo viernes, a las 12.00, paro laboral de una hora.