La afición fue quien tuvo que poner el espectáculo en el Chaban Delmas
En un partido insulso, Osasuna salió indemne del estadio bordelés, aunque tampoco creó ocasiones como para abrir el marcador. El mal estado del terreno de juego no ayudó a generar fútbol para la grada
Natxo MATXIN | BURDEOS
Como ocurriera en la previa de la Champions League, la eliminatoria de dieciseisavos de la Copa de la UEFA se resolverá en El Sadar. De Burdeos, lo mejor fue el resultado y a quien realmente hay que premiar por dar espectáculo es a la afición, que estuvo animando constantemente al equipo.
Los de Ziganda estuvieron acertados en defensa, pero apenas crearon juego de la mitad del campo en adelante. Gran parte de culpa de ello la tuvo el lamentable estado del césped, que no se recuperó a tiempo del diluvio del domingo.
Mejor plantado y aclimatado al penoso estado del terreno de juego, el Girondins llevó la iniciativa de inicio. Francia, Alonso y Mavuba triangulaban mejor en el centro del campo y se aprovechaban de su superioridad ante Puñal y Nekounam.
En cambio, fue Osasuna quien dispuso de mejores ocasiones en el primer cuarto de hora de encuentro. Un voluntarioso Webó protagonizó todas ellas. Dos remates de cabeza -uno lejano y el otro a la salida de un corner- y un centro chut fueron su tarjeta de presentación ante la defensa bordelesa.
Osasuna no disponía del esférico y los anfitriones se aproximaban a la portería de Ricardo con sendos tiros de Francia (m. 18) y Alonso (m. 29). Los rojillos no se encontraban cómodos en el campo a la hora de salir con la pelota y la única salida eran los envíos largos sobre un incombustible Webó.
A la vista del césped, las jugadas de estrategia se tornaron trascendentales. En una de ellas -una falta botada por Puñal desde la izquierda en el minuto 32- llegó un cabezazo de Nekounam, que tocó en un defensa para desviar lo suficiente un balón que buscaba puerta.
La réplica del Girondins de Burdeos vino de la testa de Chamakh, que no pudo concretar un remate en plancha por la oposición de Josetxo, tras centro preciso desde la derecha de Faubert. Los de Ricardo Gomes, muy constantes, prolongaban su dominio por banda derecha, por donde Jemmali aportaba su granito de arena.
Mejor en la segunda
Los navarros se desperezaron un tanto con la reanudación. Sin mayores alardes, se quitaron parte del dominio del rival en la medular y probaron a combinar con mayor criterio. Ante la falta de pegada por ambas escuadras, la poblada grada rojilla pedía la presencia de Soldado -ya lo había hecho a la media hora de juego-, pero Ziganda de momento sólo daba entrada a David López, en lugar de un desubicado Muñoz.
El encuentro seguía por los derroteros del encefalograma plano -mucha lucha pero poco espectáculo-, sólo alterado por un empalme del activo Faubert en el 72 y un tiro ligeramente desviado de Marange, seis minutos más tarde.
Fue Obertan quien metió el miedo en el cuerpo a pocos instantes del final, pero Cid se la quitó en lo que era un segundo remate franco ante Ricardo. Por parte rojilla, alguna que otra arrancada de Soldado hizo mantener las esperanzas sobre un posible gol postrero, pero el destino del partido era el 0-0. Tras el pitido final, el equipo fue a felicitar a quien realmente había dado el espectáculo: una afición multitudinaria que se volcó durante los noventa minutos con la escuadra navarra.