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El proyecto modificado del embalse de Esa no evita las afecciones sociales y medioambientales

La presa de Esa está situada en territorio navarro, pero el recrecimiento de este embalse repercutirá sobre todo en Aragón. Eso sí, en localidades situadas aguas abajo de la presa, como Zangoza, sienten similar preocupación a la del entorno del pantano de Itoitz.

Iñaki VIGOR

La construcción de una gran presa en el embalse de Esa (Yesa), junto a la ya existente, es una de las obras públicas de mayor envergadura que se están realizando en la actualidad en Nafarroa. El proyecto de recrecimiento de este pantano ha sido modificado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), cuyos responsables aseguran que de esta forma se reducirán las afecciones sociales y medioambientales.

Esta modificación ha consistido, básicamente, en bajar de 521 a 510 la cota del futuro embalse, lo que permitiría un alto volumen de almacenamiento de agua (1.100 hectómetros cúbicos), que garantizaría una «satisfacción adecuada de las demandas» y provocaría «un impacto medio bajo» y «asumible», según sostiene la CHE.

Para hacerse una idea de lo que representa la modificación del proyecto, cabe recordar que el actual embalse de Esa tiene una capacidad de 447 hectómetros cúbicos y que el proyecto inicial contemplaba aumentarla hasta 1.525 (más del triple), mientras que el proyecto modificado prevé una capacidad de 1.100 hectómetros cúbicos.

La CHE también mantiene que esta modificación disminuiría «al mínimo» la afección a los espacios protegidos y no inundaría el casco urbano de Sigüés, evitándose así el traslado de este pueblo de 150 habitantes. El Ayuntamiento de esta localidad aragonesa, próxima a Nafarroa, ha preferido aceptar compensaciones antes que oponerse al embalse, una obra que marcó por completo el desarrollo de esta zona. La falta de expectativas y el convencimiento de que allí no había futuro, impulsaron a emigrar a muchos vecinos de la comarca, lo que ha dado lugar a una población envejecida.

En la vecina localidad de Artieda, situada a escasos ocho kilómetros de Sigüés, la oposición al recrecimiento de Esa ha sido y sigue siendo total, ya que una gran parte de sus huertas y tierras cultivables quedarían inundadas por las aguas. Su alcalde, Luis Solana, perteneciente a la Chunta Aragonesista, recuerda que los 200 habitantes que llegó a tener Artieda han quedado reducidos en la actualidad a la mitad. «Paradójicamente, este proyecto ha supuesto una reafirmación de las ganas de vivir aquí. Hay jóvenes que han decidido quedarse y poner en marcha proyectos ganaderos, de carpintería, turismo rural, etc., algo de lo que estamos muy orgullosos», remarca Solana.

El alcalde de Artieda no comparte en absoluto el proyecto de ampliación que pretende la CHE, porque lo considera «un disparate». «Estamos residiendo en una zona que ya está machacada por el pantano. Tres pueblos se quedaron vacíos, se inundó todo el fondo del valle y cualquier recrecimiento de este embalse vendría a agravar el impacto que ya tuvo el actual», advierte.

Aunque admite que el proyecto modificado contempla algunas mejoras, destaca que «sigue afectando de forma importante al valle, porque inundaría toda la huerta de Artieda y una parte de la huerta de otros pueblos, cubriría parte del Camino de Santiago, generaría un impacto visual tremendo y, sobre todo, sería una solución territorialmente injusta».

«Hay otras alternativas que son mucho mejores, tanto desde el punto de vista ambiental como social y de justicia territorial. Nosotros confiamos en que este proyecto no se culmine, porque es una obra sin ningún sentido, y el tiempo lo va a poner en evidencia», vaticina el alcalde de Artieda.

Estas alternativas, según explica, consisten básicamente en que el agua se almacene en las zonas donde se van a beneficiar de ella. «Es algo de justicia. El que quiera agua, que se la guarde en su territorio. Históricamente, la política hidráulica ha sido muy perjudicial para la montaña y nos ha colocado en una situación de servidumbre que no estamos dispuestos a aceptar. No queremos que se sacrifique nuestro territorio para beneficio de otros. Esto tiene unas connotaciones incluso coloniales, porque nos dejan sin ninguna posibilidad de participar ni de que se nos respete», lamenta.

Frontal oposición ecologista

El proyecto de recrecimiento de Esa también se ha encontrado con una frontal oposición de organizaciones ecologistas. Greenpeace, Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife, WWF/Adena, AEMS-Ríos con Vida, Amigos de la Tierra y Asociación Río Aragón han exigido en repetidas ocasiones la paralización de las obras del embalse de Esa y el descarte definitivo de cualquier propuesta en ese sentido.

«Aunque se baje a la cota 510, las afecciones medioambientales siguen siendo muy similares. Y no sólo eso, sino que además se mantienen las afecciones al patrimonio histórico-artístico, y en especial al Camino de Santiago, que está catalogado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad», recuerda Guillermo Lacasta, presidente de la Asociación Río Aragón.

A su juicio, el proyecto de recrecimiento de Esa se ha quedado «desfasado», porque «ahora mismo hay alternativas que son mejores desde el punto de vista económico y medioambiental, ya que no tienen prácticamente afecciones». Estas alternativas, según explica, consistirían en modernizar los regadíos en las zonas donde demandan el agua de Esa, como es el polígono de riegos de Bardenas, y en construir pequeños embalses en los lugares donde van a utilizar el agua. «Si realmente necesitan más agua para regar, que la almacenen en la propia zona de cultivo», propone Guillerno Lacasta.

Este ecologista no duda de que la modificación del proyecto de Esa requiere realizar una nueva Declaración de Impacto Ambiental, mientras que la CHE pretende mantener la ya existente. «Desde que se hizo la Declaración de Impacto Ambiental que avala el actual proyecto han pasado muchos años. En este tiempo se han incorporado nuevas normativas europeas, como la Directiva Marco de Agua o la Directiva de Hábitats, que tendrían que reflejarse en la nueva Declaración de Impacto Ambiental, que también debería contemplar las alternativas existentes», opina el presidente de «Río Aragón», asociación que agrupa a casi 400 vecinos de la Jacetania y a colectivos afectados por otros macro-embalses.

«Si no hacen ese nuevo estudio, entenderemos que están cometiendo una nueva ilegalidad y lo volveremos a recurrir ante la Justicia. Si cumplen la ley y hacen una nueva Declaración de Impacto Ambiental siguiendo la normativa vigente, es imposible que el recrecimiento de Yesa siga adelante. Pero si vuelven a hacer una chapuza y dan por bueno el proyecto, también recurriremos, porque ningún recrecimiento cabe en el marco legal actual. Creemos que este proyecto es una salvajada y totalmente innecesario, y si es preciso volveremos a las movilizaciones sociales que han jalonado la oposición a este proyecto desde hace años», anuncia Guillerno Lacasta.

Afecta a hábitats protegidos de la UE

En la actualidad, el proyecto modificado del recrecimiento de Esa está siendo sometido a consulta por el Ministerio español de Medio Ambiente para recabar la opinión de instituciones y asociaciones. José Luis Beaumont, abogado de la Coordinadora de Itoiz y asesor del Ayuntamiento de Artieda y de la Asociación Río Aragón, adelanta que va a presentar alegaciones y que legalmente es obligatoria una nueva Declaración de Impacto Ambiental, porque es un proyecto redimensionado.

«Este proyecto afecta a hábitats protegidos por la Unión Europea, concretamente a Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAs) y a Lugares de Importancia Comunitaria (LICs). Desde el punto de vista jurídico-legal, sólo por esas afecciones ya es obligatorio que se haga una evaluación de impacto ambiental específica», explica Beaumont.

También recuerda que la Declaración de Impacto Ambiental que se hizo en el año 99 reconoció que el proyecto no era ambientalmente viable. «Era una auténtica chapuza desde el punto de vista jurídico y medioambiental y fue objeto de una actuación penal que está todavía pendiente de sentencia por parte del Tribunal Supremo», informa este abogado.

Por otra parte, y al igual que sucede en el caso de Itoitz, también en Esa está habiendo problemas con la ladera izquierda del embalse. La enorme grieta que surgió cerca de la presa, en territorio navarro, ha sido literalmente cosida con burones de hierro y hormigón para intentar sujetarla, a pesar de que los responsables de la CHE negaran en su día que esa grieta revistiera peligro. A raíz de aquella grieta, los responsables de la obra «proyectan hormigón en cada zona que excavan de la ladera, y hay zonas que están totalmente buronadas», señala el alcalde de Artieda.

Sergio Almarzegi, concejal de la candidatura Herri Ekimena de Zangoza, constata por su parte que en los últimos meses están teniendo conocimiento de aportaciones económicas «en contraprestación» por el recrecimiento del embalse. Como ejemplo, apunta el proyecto de construir un canal de aguas bravas, que lo anuncian como «el más grande de Europa» y que está siendo promocionado desde la alcaldía de Zangoza. Este canal estaría relacionado con la Expo de Zaragoza, según Almarzegi, que señala como otro ejemplo de contraprestación la adecuación de un parque fluvial en el río Aragón.

«Al igual que se hizo con la Fundación Itoiz, aquí se ha creado la Fundación Yesa para gestionar estos proyectos de carácter turístico. Nosotros vemos que se está moviendo mucho dinero pero no se está hablando del problema en sí, que es el recrecimiento de Yesa», lamenta Sergio Almarzegi, al tiempo que constata que «no hay sensibilidad de la gente» hacia este problema.

Recursos judiciales en marcha

En la actualidad, las obras de la nueva presa de Esa se encuentran prácticamente paralizadas, quizás porque el proyecto de recrecimiento está recurrido en diversos ámbitos judiciales y todavía están pendientes las correspondientes sentencias. Las obras comenzaron en el año 2001, con el Gobierno de Aznar, y desde entonces ya se han invertido 43,9 millones de euros. De ellos, 35,1 se han certificado desde mayo de 2004, es decir, bajo el mandato de Rodríguez Zapatero.

Preocupación en Zangoza por la inestabilidad de la ladera agrietada
La aparición de una gran grieta en la ladera izquierda del embalse provocó en su día la paralización de las obras de la nueva presa, y además causó mayor preocupación entre los vecinos de localidades situadas aguas abajo, sobre todo en Zangoza, por temor a que un posible deslizamiento de la ladera causase una gran catástrofe. «Esperemos que no pase nada, pero estamos preocupados - comenta Sergio Almarzegi, concejal de la candidatura Herri Ekimena-. Nosotros propusimos en el Ayuntamiento un plan de emergencias y otro plan de evacuación, pero nos han dado largas y no han hecho nada". Iñaki VIGOR
Un proyecto de hace 22 años
primeros pasos en 1985 En noviembre de 1985 salió a información pública el primer proyecto de recrecimiento de Esa, previsto hasta la cota 521. Rechazo del EIA En 1991 se inició el procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental, que fue rechazado en 1994 por presentar carencias. Irregularidades En 1999, sin completarse el nuevo EIA, la Dirección General de Evaluación Ambiental da el visto bueno basándose en el primer estudio. encargo del gobierno del pp El año 2000 el Gobierno del PP concede la ejecución de las obras a la UTE formada por ACS (Florentino Pérez), Ferrovial, Agromán y FCC. querella criminal Se admite a trámite la querella criminal interpuesta por el Ayuntamiento de Artieda contra los responsables del recrecimiento. comienzo de las obras En mayo de 2001 comienzan las obras de la nueva presa y en 2004 los vecinos de Artieda se oponen a la expropiación de sus tierras. periodo de consultas El Ministerio de Medio Ambiente abre en enero de 2007 un periodo de consultas para recabar opiniones de instituciones y asociaciones. Se presentan nuevas alegaciones.
millones
En los últimos cinco años el Gobierno español ha invertido 43,9 millones en las obras de recrecimiento del embalse, a pesar de que el proyecto está recurrido en varios ámbitos judiciales.

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