La Policía israelí detiene a unos quince palestinos en Jerusalén
GARA |
La Policía israelí detuvo ayer a alrededor de quince palestinos en las inmediaciones de la Ciudad Vieja de Jerusalén, donde se registraron enfrentamientos coincidiendo con la jornada de oración musulmana del viernes.
Toda la zona colindante con la mezquita de Al Aqsa permaneció acordonada por la Policía desde el amanecer, con un despliegue de unos 3.000 agentes, que impidieron el acceso a varones menores de 50 años y mujeres menores de 40.
Cuatro de los detenidos, según fuentes policiales, se enfrentaron a los agentes en las distintas puertas de la Ciudadela al tratar de forzar su entrada a los rezos.
Concentración de protesta
Los demás, agregaron, son seguidores del jeque Raed Salah, líder del Movimiento Islámico, quien ayer no pudo entrar a la Explanada de las Mezquitas debido a una orden de alejamiento del Gobierno israelí.
Salah convocó una protesta en Wadi Joz, a unos cientos de metros de las murallas de Jerusalén, donde llamó a una nueva intifada contra Israel.
«Jerusalén es la capital del Islam», «Liberad Jerusalén» o «Una nueva intifada islámica» fueron algunos de los eslóganes coreados por Salah durante su arenga, al tiempo que advirtió a los israelíes de que «no se sientan tan seguros».
Decenas de fieles comenzaron después a lanzar piedras a la Policía israelí, que reprimió las protestas con caballos, balas de goma, granadas de fogueo y cañones de agua.
Salah aseguró además que los tribunales israelíes, que le impiden acercarse a menos de 150 metros de las murallas de la Ciudadela, no pueden sentenciar nada en relación con Al Aqsa, «a la que entraré cuando lo considere oportuno».
El comisario israelí de Jerusalén, Ilán Franco, se mostró satisfecho, porque a pesar de que se registraron disturbios, fueron de menor intensidad que los que hubo el viernes de la pasada semana.