Los secuestros de la CIA tienen cómplices
El siniestro proceder de los servicios secretos de numerosos países que se reivindican del «mundo libre» y civilizado a nadie coge ya por sorpresa. El Gobierno estadounidense realizó operaciones, al margen de su carácter ilegal y en ningún caso aceptables para quien tenga un concepto mínimo de democracia, en varios países europeos. En un principio crearon algún quebradero de cabeza a sus gobiernos, pero posteriormente salió a la luz lo que todo el mundo sa- bía, que dichas operaciones no habrían sido posibles sin el conocimiento, y el consentimiento, de esos gobiernos, y no tuvieron que afrontar responsabilidad política alguna. Una juez italiana ha procesado a los antiguos jefes de los servicios secretos italianos junto a varios agentes de la CIA por el secuestro y posteriores torturas al imán de Milán, Osama Mustafá Naser. Al Gobierno italiano le corresponde pedir a Estados Unidos la de por sí improbable extradición del los agentes de la CIA, a lo que el primer ministro, Romano Prodi, se niega bajo la excusa de no deteriorar las relaciones con Washington. Las intolerables actuaciones que con la excusa de combatir el terrorismo internacional realiza el Gobierno de EEUU tienen cómplices en Europa. Cómplices que no guardan ni las formas, a pesar de sus discursos impregnados de una supuesta superioridad moral.