Este es un año de retos para Sinn Féin, tanto internos como externos. El partido republicano ha comenzado el año probándose a sí mismo con un cambio radical en su política tradicional de oposición a las fuerzas policiales norirlandesas. En los próximos meses encara dos citas electorales, y la posibilidad de formar parte de gobiernos tanto en el norte como en el sur de Irlanda.

Las prediciones son claras en el norte. Si las elecciones se llevan a cabo tal y como se ha planeado, el 7 de marzo, Sinn Féin seguirá siendo el segundo partido más votado tras el DUP, tendrá por tanto derecho al puesto de viceprimer ministro y a la elección de al menos 3 ministros. Si estas elecciones se llevan a cabo es porque los unionistas habrán confirmado su intención de formar gobierno con Sinn Féin.

Será entonces cuando la maquinaria electoral de Sinn Féin se centrará en los comicios generales en la república irlandesa. Se espera que doble su número de diputados en el parlamento de Dublín, de cinco escaños que posee en la actualidad, a un mínimo de diez. Además, Gerry Adams se perfila como el segundo líder político más admirado en la república, sólo superado por el actual primer ministro, Bertie Ahern.

Esta ha sido la reacción de los votantes irlandeses a la estrategia de Sinn Féin, y la reacción en el sur de Irlanda se atribuye a la decisión del partido de variar su política para dar cabida a la aceptación del papel de la policía norirlandesa. Este cambio histórico ha sido crucial para su estrategia electoral. No sólo recoge el fruto en intención de votos, también le ha abierto las puertas a un posible pacto de gobierno en el sur que serviría para avanzar sus objetivos políticos. El próximo gran debate en el seno de Sinn Féin podría ser sobre la participación o apoyo republicano a la coalición de gobierno en la república. Ahern ya ha afirmado que no rechazaría el apoyo republicano a un posible gobierno de minoría. La base electoral de Sinn Féin se encuentra en la clase trabajadora que, en Irlanda, es la más abstencionista. Pero los activistas republicanos lanzan campañas de registro en el censo y participan activamente en campañas para fomentar el voto. Asímismo, los republicanos han sabido ganarse la confianza de los votantes más jóvenes.

Sinn Féin tiene dos europarlamentarias, 232 concejales, 24 diputados en la Asamblea Legislativa de Belfast, 5 parlamentarios en Dublín y 4 en Londres, lo que suma un total de 267 cargos electos, con escaños en cuatro parlamentos. Un cambio remarcable para un partido cuya estrategia electoral hace veinte años era abstencionista.