Mario Matt repitió su triunfo de hace seis años en la prueba de eslalon tras ser el mejor en esta prueba, imponiéndose con un tiempo de un minuto, 57 segundos y 33 centésimas.

El austríaco, que obtuvo la mejor marca en ambas mangas, se hizo con su segundo título mundial tras el logrado en St. Anton en 2001. De hecho, superó en casi dos segundos al italiano Manfred Moelgg, que acabó sexto en la primera manga, pero recuperó tiempo en la segunda y ganó la medalla de plata al concluir a 1,81 segundos.

Moelgg obtuvo así la primera medalla de su carrera, al igual que el francés Jean-Baptiste Grange, que fue tercero a 2,21 segundos y dio a su estado el primer metal en los mundiales de Are.

El defensor del título y campeón olímpico, el austríaco Benjamin Raich, terminó cuarto, a 2,24, tras cometer algunos errores en el primer recorrido, que también lo relegaron a la cuarta posición.

El nuevo campeón del mundo, de 27 años, es actualmente tercero en la clasificación de la Copa del Mundo de eslalon de esta temporada, tras lograr dos segundos y dos terceros puestos el pasado mes de enero.

Ganador de la super combinada de Wengen (Suiza) el mes pasado y también de cinco eslalon de la Copa del Mundo en su carrera -la última hace dos temporadas en Lenzerheide-, Mario Matt reconoció tras el triunfo que está en una «forma sensacional desde enero».

Primera manga problemática

«En un slalon tienes que atacar para ser el más rápido. Sabía que los otros detrás de mí iban a arriesgarlo todo», añadió Matt, tras imponerse en una carrera en la que algunos de los favoritos como Bode Miller, Jens Byggmark, Giorgio Rocca, Ted Ligety, Reinfried Herbst, Marc Berthod, Rainer Schoenfelder y Aksel Lund Svindal tuvieron muchos problemas en la primera manga.

Trece de los treinta primeros esquiadores no terminaron el primer recorrido y otros como el alemán Fellix Neureuther, segundo en la primera manga, se cayó en la segunda, en la que se salieron esquiadores como el sueco Andre Myhrer, el finlandés Kalle Palander, el croata Ivica Kostelic y el sueco Markus Larsson.

Una de las grandes decepciones fue el estadounidense Bode Miller, quien en los últimos trece meses sólo ha terminado un eslalon y se quedó a las puertas de ser el primer esquiador con tres títulos mundiales en cinco competiciones. Rocca, dominador de la prueba el año pasado, también defraudó.