La notable actuación del noruego Ole Erevik bajo los palos -15 paradas y un 38% de efectividad en portería- no evitó la derrota del Bidasoa (24-22), que vuelve a la zona de descenso en beneficio de su verdugo de ayer, que le empata a puntos pero que le supera en el gol-average particular tras haber ganado también en Artaleku en la primera vuelta.

El partido tuvo un final de infarto, ya que el marcador señalaba un empate a 20 a siete minutos del final. El canario Pepe Novelle, con tres goles consecutivos para Darien Logroño, y el portero Torrego, con dos paradas -entre ellas un penalti al polaco David Nilsson-, fueron quienes rompieron el equilibrio a favor de los locales en la recta final del encuentro.

Hasta ese momento, el partido se estaba desarrollando por rachas. En la primera mitad, tras unos primeros veinte minutos de gran igualdad, Darien cogió una peligrosa renta de cuatro goles a falta de tres minutos para el descanso (10-6). Bidasoa redujo algo la ventaja antes de marcharse a vestuarios, a los que se llegó con un rácano 11-8 que reflejaba las dificultades de los guipuzcoanos para atacar con éxito la defensa rival.

Reacción de los irundarras

Los mejores minutos del Bidasoa se produjeron en la reanudación, puesto que las paradas de Erevik y los goles de un entonado Tioumentsev le sirvieron para firmar un parcial de 1-6 (13-15). No obstante, los de Julián Ruiz sufrieron un nuevo apagón y encajaron un parcial de 5-0 en tan sólo cinco minutos (18-15). El contrataque local estaba hanciendo estragos, aunque los irundarras aún tuvieron tiempo de igualar la contienda (20-20). Pero el final no pudo ser más desafortunado y doloroso.

Bidasoa vuelve de nuevo al penúltimo puesto, de donde no saldrá, al menos, hasta dentro de dos jornadas, ya que su próximo rival es Ciudad Real. Eso sí, tras recibir a los manchegos, los bidasoarras deberán rendir visita al colista Antequera, que ayer venció y vuelve a creer en sus posibilidades. Una nueva final espera al Bidasoa.