Paseo generacional
«Venus"
Koldo LANDALUZE
El guión del reputado Hanif Kureishi («The Mother») contenía un alto grado de riesgo que en manos menos experimentadas que las de Roger Michell quizás habría dado un resultado muy diferente.
El díficil equilibrio entre emotivad y sensiblería queda superado, sobre todo, por el tratamiento que reciben unos personajes y una historia construidos alrededor de la omniprensencia de un Peter O´Toole que no ha querido eludir en momento alguno el peso que conlleva su rol central.
«Venus» se convierte en un halagador retrato emocional dedicado a aquellas personas que, en el otoño de sus vidas, no eludirán el disfrute que conllevará la alteración fugaz de su mecánica cotidiana. Tal es el caso del personaje interpretado por el protagonista de «Lawrence de Arabia»: un veterano actor de segunda fila cuya jubilación funciona a golpe de pintas de cerveza y conversaciones en compañía de viejos cómplices. La vida del protagonista sufrirá una alteración temporal con la irrupción de una joven que llegó para hacerse cargo del cuidado de su viejo compañero de tablas y cervezas.
A partir de este instante, el filme se convierte en un paseo pausado a dos bandas resuelto mediante medidas dosis de emotividad y en el cual Michell muestra ese buen pulso que ya evindenció cuando, tras rodar la comedia romántica «Notting Hill», varió posteriormente su discurso en su irrupción hollywoodense con el duelo que enfrentó a Ben Affleck y Samuel L. Jackson en «Al límite de la verdad».
La sombra de O´Toole no eclipsa por completo este melodrama agridulce ya que el autor ha sabido rodear al protagonista con un excelente plantel interpretativo cuya coherencia se traduce en las presencias de sus dos cómplices de tertulia -Leslie Phillips y Richard Griffiths- y se prolonga con la testimonial presencia de Vanessa Redgrave y el contrapunto generacional aportado por Jodie Whittaker.