Al menos 18 personas, en su mayoría niños, murieron ayer en un atentado con coche bomba cerca de un parque en el centro de Ramadi, al norte de Bagdad, según informó la Policía.

El atentado se produjo en una zona donde habitualmente se juega al fútbol del centro de la ciudad, bastión de la insurgencia suní y sus víctimas eran todas niños y adolescentes, según la Policía, que precisó que el coche bomba estalló hacia las 16.15 horas cuando los niños jugaban. Precisaron que las víctimas son niños y adolescentes, con edades entre los diez y los quince años.

No fue, sin embargo, el único atentado registrado ayer. A lo largo de la jornada, al menos otras 18 personas murieron y otras 64 resultaron heridas como consecuencia de distintos ataques atribuidos a la insurgencia, según fuentes policiales.

Por otra parte, al menos 16 personas fueron detenidas por efectivos de las fuerzas de seguridad iraquíes y estadounidenses en Ciudad Sadr. Testigos denunciaron que las detenciones se realizaron contra civiles inocentes y que los métodos resultaron excesivos: «¿Acaso el plan de seguridad significa arrestar a inocentes y asustar a civiles por la noche?», preguntaron.