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Iñaki IRIONDO

Intentos de desviar la atención

La referencia a «la Batasuna de Olano" tendría su punto de ingenio si no fuera porque suena a contestación de rabieta infantil a las alusiones al «PNV de Imaz". Pero el núcleo de esta cuestión es otro, y de él tratan de huir Lakua y el EBB.

Ala vista de lo inapelables que resultaban las imágenes de las cargas de la Ertzaintza del pasado sábado, el EBB del PNV optó el lunes por tratar de desviar la atención hacia la existencia de «división en la izquierda abertzale» y culpar de lo ocurrido «a los núcleos más duros de la izquierda radical, la Askatasuna de Olano». La portavoz del Ejecutivo de Lakua, Miren Azkarate, no hizo ayer otra cosa que transitar el camino trazado la víspera por Sabin Etxea. Pero ese camino se pierde en el bosque de los enredos políticos, cuando lo que ahora se precisa es aclarar lo ocurrido el sábado.

Señalan tanto el PNV como el Gobierno de Ibarretxe que la manifestación del sábado había sido prohibida por la Audiencia Nacional. Dicha afirmación no se corresponde con lo que fuentes del Departamento de Interior declararon a este diario el viernes ni con lo señalado por otros medios. Según estas informaciones, la Audiencia Nacional prohibió la primera manifestación -a última hora, como siempre- y la Consejería de Balza vetó otras dos convocatorias de otros ciudadanos sin que mediara orden de Garzón. He ahí un primer punto que podría aclarar el Gobierno de Lakua.

Habla el PNV de «violenta manifestación» y Azkarate de «incendios de coches y de contenedores». Sería conveniente en este punto repasar lo publicado por todos los periódicos el pasado domingo. Si se atiende a la relación de los hechos, en todos ellos consta que no hubo ninguna actuación violenta por parte de los manifestantes que provocara la carga de la Ertzaintza. Quienes pretendían reivindicar los derechos de los presos se limitaron a sentarse en el suelo y fue la Policía autonómica quien cargó con porras y pelotas contra la ciudadanía inerme. Las imágenes lo atestiguan. Los cruces de contenedores y los saltos en diversos puntos de la ciudad vineron después. Por lo tanto, quienes actuaron de forma diferente a otras ocasiones no fueron los manifestantes, sino quienes fijaron la estrategia policial.

Estrategia que algunos agentes desarrollaron con sumo gusto. En internet hay foros policiales en los que los que se puede comprobar el odio que muchos agentes de la Ertzaintza profesan a un sector de la sociedad a la que están obligados a servir.

Y como en casos anteriores, como el 3 de marzo de 2006, llama muchísimo la atención que para el PNV y Lakua la Ertzaintza nunca hace nada mal, ni siquiera por mera fatalidad estadística. Podrán acusar a la izquierda abertzale de animadversión, pero ¿cómo explican las críticas de ELA, las dudas de Ezker Batua y la vergüenza que viendo las imágenes han confesado sentir muchos jeltzales y abertzales en general?

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