GARA > Idatzia > Txokotik

Martin Garitano Periodista

¿Por qué?

Los jelkides han logrado situarse, si no enfrente, sí al margen de un eventual proceso de normalización política Podríamos hablar del corderito manso que bala ante Garzón y se convierte en lobo cuando se enfrenta a la población

La brutalidad acreditada por la Ertzaintza en Bilbo, la insoportable versión soportada sin rubor por la portavoz del Gobierno de Ibarretxe, el cinismo de la reacción del EBB jelkide ante la evidencia de unos hechos que están a la vista de quien no cierre los ojos, animan un buen número de reflexiones.

Podríamos hablar del corderito manso, que bala ante las órdenes de Garzón o cualquier otro mandamás español y se convierte en lobo cuando se enfrenta a la población que reclama su derecho a manifestarse. Podríamos observar con estupor el papel de un Gobierno conformado por tres partidos que repudian la Ley de Partidos y al que no le tiembla el pulso a la hora de enviar a sus elementos menos civilizados a patear a quien, en ejercicio de un derecho universal, osa salir a la calle y no acatar así los caprichos de un juez español cuyas decisiones, además de antidemocráticas, son de una inconsistencia tal que lo que ayer era negro, hoy resulta ser blanco...

La contradicción llegaría al grado de escándalo si recordamos que el propio responsable máximo de la Ertzaintza, el lehendakari Ibarretxe, se encuentra procesado por reunirse con tres dirigentes proscritos. Pareciera así que la izquierda abertzale puede saltar el parapeto en que le quisiera encerrar Garzón sólo cuando así lo decidan Ibarretxe y sus gentes. Patético.

Y sin embargo, hay algo que me interesa más en este momento: ¿Por qué lo han hecho? ¿Por qué mienten ahora? Si lo que pretendían los responsables del apaleamiento masivo era demostrar a los poderes de Madrid su efectividad como elemento nativo colaborador, los jelkides han logrado situarse, si no enfrente, sí al margen de un eventual proceso de normalización política. Nadie podrá creer una sola palabra de quien dice estar en favor de todos los derechos para todas las personas y todos los proyectos y envía a sus guerreros a apalear a una multitud de personas de toda condición.

Si, en otro sentido, lo que pretendía era distanciarse del enfrentamiento entre la izquierda abertzale y los impulsores del apartheid limitando su rol al cumplimiento estricto de un auto judicial, el error es mayor. La saña acreditada en la actuación les delata y, lejos de buscar distancia, se han situado en el centro mismo de la confrontación.

Cabe, pues, pensar en términos como sumisión, cobardía, incapacidad, colaboracionismo, traición o, simplemente, odio. ¿Será esto último? ¿Odian al espejo que les delata?

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo