Oikocredit obtuvo en 2006 unos ingresos totales de crédito al desarrollo de 15,8 millones de euros, un 24% más que en 2005, mientras que el ingreso neto aumentó un 37% a 8,5 millones de euros, según informó la filial en Bilbo de este organismo de finanzas éticas.

Según explica Jorge Berezo, coordinador de Oikocredit Euskadi, esta actividad financiera supondrá «un alivio de la pobreza y el impacto social» y, por otra parte, constata que los resultados positivos muestran que esa organización «puede ser fiel a su misión y tener un sólido rendimiento financiero al mismo tiempo». Basándose en esa actividad, el consejo director propondrá «el usual dividendo del 2% a los miembros».

En los últimos cinco años, la cartera de Oikocredit se ha duplicado. «La estrategia de crecimiento seguida desde 2001 ha sido beneficiosa para sus socios de proyecto y sus miembros. Los 561 socios de proyecto -según los datos oficiales- recibieron capital que no pudieron encontrar en ningún otro sitio en forma de préstamos, inversiones y otros productos financieros».

Esta actividad financiera ética contribuyó a mitigar la pobreza. «Financió a más de 300 instituciones de microcrédito y, a través de las mismas, llegó indirectamente a diez millones de clientes». La tendencia de la banca tradicional a apoyar proyectos de microfinanzas ha obligado a apoyar a los más necesitados».