El presidente de Airbus, Louis Gallois, dio a conocer ayer el llamado «Power 8», un plan de reestructuración que contempla la destrucción de 10.000 empleos y pretende un ahorro de 5.000 millones de euros desde ahora hasta 2010, y 2.000 millones suplementarios anuales a partir de esa fecha.

Del total de 10.000 puestos de trabajo que desaparecerán la mitad son de contratos interinos o de empresas subcontratistas, cuyas supresiones comenzarán inmediatamente, y la otra mitad de empleados de plantilla de Airbus. Del total de empleos que destruirán en cuatro años, 3.200 corresponden al Estado francés, 3.700 a Alemania, 1.600 a Gran Bretaña, 1.100 a la central de Airbus en Toulouse y 400 al Estado francés.

Gallois, que antes de presentar a la prensa el plan se reunió con los sindicatos, aseguró que se primarán medidas de jubilación anticipada o bajas incentivadas y puso énfasis en que «no se proponen despidos». No obstante, advirtió de que si los resultados no son los esperados, no descarta esa posibilidad.

Airbus identificó seis plantas como susceptibles de cambiar su estatus e indicó que en algunas se dará entrada a socios industriales y en otras, como las de Saint-Nazaire Ville, Varel y Laupheim, buscará «una solución viable» que puede ser su venta o reagrupamiento.

El plan contó con el rechazo del sindicato alemán IG Metall y del comité de empresa, quienes anunciaron que estudiarán medidas contra los despidos y ventas de fábricas.

Según los sindicatos, detrás del mantenimiento del montaje final del avión gigante A380 en Hamburgo (norte de Alemania), se encuentra un «recorte de personal masivo» e inseguridad para los centros de producción de Airbus.