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Alavés El hasta ayer entrenador albiazul presenta su dimisión

El «empleado" Fabri dura 52 días en el modelo Piterman

El técnico gallego explicó que desde el partido ante el Vecindario «se me quitó la libertad para trabajar"

Jon ORMAZABAL | GASTEIZ

Resultados deportivos al margen, entrenar al Deportivo Alavés con el modelo Piterman se ha convertido en algo al alcance de unos pocos como Chuchi Cos y Mario Luna, ya que hasta la paciencia de Fabri, un técnico que llegó conociendo muy bien dónde se metía, que aceptó desde el primer día su condición de «empleado» o subordinado y que incluso aceptó sin rechistar el papelón de su destitución y la posterior readmisión, ha dicho basta tras 52 días a la sombra del ucraniano.

A pesar de que el equipo deportivamente pasa por su mejor racha de la temporada, con siete puntos en los tres últimos partidos, y afronta en las próximas jornadas su última oportunidad para reengancharse a la lucha por el ascenso, el técnico lucense, que llegó a Gasteiz el 7 de enero para sustituir a Chuchi Cos en su cargo, presentó su dimisión ayer por la mañana y Piterman se la aceptó mientras el equipo entrenaba a puerta cerrada en Mendizorrotza.

Ya por la tarde, y en un hotel gasteiztarra, el técnico gallego explicó los motivos de su decisión, sin querer entrar a dar demasiadas explicaciones sobre las situaciones vividas desde su llegada al equipo albiazul. En este sentido, Fabri se mostró muy prudente en sus declaraciones y, con su abogado marcándole el discurso, citó que, de haber seguido en el club gasteiztarra, «no estaría a gusto con mi conciencia, ni contento con mi imagen como entrenador».

«No era feliz en este club»

Fabri explicó que el desencadenante de la dimisión presentada ayer es el cambio experimentado en el día a día después de su cese y la posterior readmisión en el partido ante el Vecindario. La incursión de Arthuro en aquel partido por parte de un Piterman interesado en promocionar al brasileño desencadenó el desencuentro entre ambos, que ha terminado en ruptura dos semanas después.

«A partir del día del Vecindario hubo un cambio en el sistema de trabajo del equipo alavesista, ya que el presidente Dmitry Piterman me quitó la libertad para trabajar y eso me hizo que no fuera feliz en este club», explicó el de Lugo.

Su despedida tuvo un doble tono de amargura y liberación al mismo tiempo, al recalcar que, si él hubiera estado en el club desde el comienzo de la actual campaña, «el equipo no estaría en la clasificación por debajo de equipos como el Valladolid o el Murcia».

Así, Fabri volvió a destacar que el potencial de la plantilla es mucho mayor del que muestra la clasificación, pero en ningún momento quiso poner nombres a ese factor que hace que la «apisonadora» esté a diez puntos del ascenso.

El entrenador lucense quiso aprovechar también su intervención pública para tratar de de quitarse de encima la fama de «pesetero» que se creó tras el papelón representado el día ante el Vecindario, en el que llegó a declarar que su presencia en el banquillo en aquel partido se debía únicamente al miedo a la multa que podría ponerle Piterman por no presentarse sin haberle comunicado su cese oficial de forma escrita.

En este sentido, Fabri dijo que, a pesar de que podía haber denunciado al Alavés por haberle prohibido ejercer su profesión, presentó su dimisión cobrando los emolumentos correspondientes a los dos meses en los que ha permanecido vinculado al Alavés, renunciando lo que le correspondería hasta la finalización de su contrato en junio.

Quince días para buscar un sustituto

Reglamentariamente, Dmitry Piterman tiene quince días para encontrar a alguien que sustituya a Fabri y ponga el «Título Nacional» que exige la Federación y el ucraniano no lo tendrá sencillo, ya que no parece fácil encontrar a nadie que quiera venir después de todo lo que han pasado los anteriores y Chuchi Cos es el único empleado del club que posee la licencia en vigor.

A pesar de haber ejercido de apagafuegos en varias ocasiones, el cántabro ya se apresuró ayer a decir que no le gustaría tener que volver al banquillo, algo completamente comprensible después de cómo tuvo que abandonar su puesto durante la disputa del partido ante el Ciudad de Murcia y de las malas relaciones con varios jugadores de la plantilla.

Si pasado el plazo persiste la falta de licencia, el Comité de Entrenadores -que está bastante mosqueado ya con las actuaciones de Piterman- denunciaría al Juez de Competición correspondiente, que dictaminaría la sanción a pagar por el club hasta que la situación se solucione.

J.O.

Siete en dos años

La máquina devora-entrenadores de Piterman se ha comido ya a siete técnicos en dos temporadas, Monfort, Cos, Oliva, Luna, Bañuelos, Cos y Fabri ha sido la secuencia de técnicos a la espera de saber quién sucede al gallego.

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