GARA > Idatzia > Kultura

El fuerte de San Marcos va camino de convertirse en un nuevo museo

Sus 280 metros de altura convierten al monte San Marcos en atalaya privilegiada sobre el territorio comprendido entre las bahías de la Concha y Txingudi. Esto ha hecho que haya conocido usos militares desde antiguo. Pero fue en 1888 cuando se construyó el actual fuerte, que los municipios de Oarsoaldea quieren ahora convertir en museo.

Martin ANSO | ERRENTERIA

«La idea es transportar al visitante del siglo XXI a un fuerte del siglo XIX, con toda la magia y, a la vez, la veracidad posible», puede leerse en la memoria del proyecto museológico que la empresa NM ha redactado por encargo de la Agencia de Desarrollo de Oarsoaldea y cuyas líneas maestras el alcalde de Errenteria, Juan Carlos Merino, presentó ayer en un acto celebrado en San Marcos mismo.

Aunque el proyecto es más ambicioso, la primera fase, cuya adjudicación es inmediata, cuenta como plato estrella con el acondicionamiento de la planta inferior, donde se encuentran las antiguas baterías, como un centro de interpretación del fuerte. «Para ello -explicó Félix Losada, de NM-, instalaremos réplicas de las dis- tintas piezas de artillería utilizadas en su tiempo y figuras escultóricas que representen a la guarnición, así como todo tipo de elementos que ayuden a comprender la historia del fuerte, cómo funcionó y qué papel jugó en el sistema defensivo de la comarca».

Ya en la planta baja del edificio se habilitará un espacio que funcionará como recepción, tienda y centro de información sobre los recursos turístico-culturales de Oarsoaldea. El acondicionamiento de la terraza del fuerte como un gran mirador sobre la comarca rematará los trabajos previstos en la primera fase del proyecto.

Una primera fase que cuenta con un presupuesto de 750.000 euros y que podría estar concluida en poco más de un año. «Los pliegos de condiciones están ya preparados, el Boletín Oficial de las Comunidades Europeas publicará dentro de los dos próximos meses el anuncio del concurso y, después, vendrá la adjudicación de los trabajos, que cuentan con un plazo de ejecución aproximadamente de un año», detalló Fernando Nebreda, gerente de la Agencia de Desarrollo de Oarsoaldea.

El proyecto redactado por NM para San Marcos es más ambicioso y prevé, entre otras iniciativas, instalar en la primera planta del edificio un museo histórico de la comarca y, en el foso que rodea el fuerte, un parque de esculturas. Pero estas iniciativas carecen por ahora de respaldo presupuestario.

En el acto de ayer, en el que participaron representantes de los municipios de Oarsoaldea (Errenteria, Lezo, Oarso y Pasaia) y la Diputación, Juan Carlos Merino recordó que los militares se marcharon de San Marcos en los setenta, lo que dio paso a un período de abandono. El Ayuntamiento adquirió el fuerte a Defensa en los ochenta, lo que permitió frenar el deterioro y abrirlo al público. «Pero siempre hemos querido darle un mayor contenido, hacer algo atractivo, y ahora nos disponemos a hacerlo a través de la Agencia de Desarrollo de Oarsoaldea», dijo.

250 SOLDADOS

Las dependencias del fuerte, construidas fundamentalmente a base de mampostería y hormigón no armado, estaban diseñadas para albergar una guarnición de 250 soldados, 200 de ellos de infantería y los otros 50 de artillería.

Una pieza clave del Campo Atrincherado de Oiartzun

La posición estratégica de San Marcos ha hecho que su cima haya conocido usos militares desde antiguo. No obstante, el fuerte que puede visitarse en la actualidad y va camino de convertirse en museo fue construido en 1888, sobre un proyecto firmado por el ingeniero militar Luis Nieva pero en el que, según hace notar el especialista Juan Antonio Sáez en «Gotorlekuan Gipuzkoan», también debieron realizar importantes aportaciones sus colegas Pedro Lorente, Juan Roca y José Brandis.

Sáez explica que, tras la última guerra carlista, las autoridades militares españolas decidieron reorganizar las defensas de la comarca tanto de cara a un posible ataque desde el otro lado de la muga como para hacer frente, caso de ser necesario, a un nuevo levantamiento legitimista. El nuevo sistema defensivo se denominó Campo Atrincherado de Oiartzun y, en él, además del de San Marcos, se integraban también los fuertes de Txoritokieta, Guadalupe, Erlaitz, Belitz, Arkale, San Enrique y San Marcial. Sólo parcialmente se acometieron las obras previstas y, además, pronto quedaron obsoletas, primero, como consecuencia del avance de la artillería y, poco después, por el surgimiento de la aviación. No obstante, San Marcos siguió teniendo uso militar, incluso fue ocasionalmente prisión, hasta los años setenta.

M.A.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo