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Cinco mujeres y las fantasias sexuales de un género, a escena

Una que quiere que «se lo hagan" en «un hierbal". Otra visualiza una habitación desnuda, donde pueda hartarse de gritar mientras practica sexo. Son algunos de los testimonios reales que han servido de punto de partida para el nuevo montaje de Tanttaka. Hablemos de fantasías femeninas.

Cansados. Esa es la palabra con la que, invariablemente, responden los miembros del reparto a la pregunta ritual de «¿qué tal?». No es cuestión de echarse las manos a la cabeza, porque es lo habitual en estos casos, a pocos días del estreno y más aún si cabe si se estrenan casi paralelamente las versiones en euskara y castellano, como es el caso. «Además, los nervios son necesarios», apunta Mireia Gabilondo, directora y coautora de la obra, mientras aplaca los suyos propios con un cigarro. Tanttaka, una de las productoras teatrales más prolíficas de Euskal Herria, incorpora ahora a su oferta «Mujeres en sus camas», una obra atípica en muchos sentidos que ultima la cuenta atrás para su estreno definitivo el próximo lunes en las Jornadas de Teatro de Eibar.

Sala teatral del remozado Niessen, en Errenteria. Poniéndole dramatismo se podría decir algo así como «Cinco mujeres y un hombre a la búsqueda de autor». En escena, Asier Hernández (al que hace poco hemos visto en «Balbemendi») y Aitziber Garmendia (la hija mayor en otra serie de ETB, «Martin») ensayan unos pasos de algo que debe de ser tai-chi. Él es el único actor en una obra de mujeres e interpreta a todos los hombres de sus vidas: el terapeuta, el marido, el deseado... Aitziber Garmendia es la más joven, una chica que «ha empezado a salir con su novio y le pone mogollón. Pero él es un romántico y no le entiende», explica la directora. O sea, las historias del pasado, al revés. En el patio de butacas Sara Cózar (otro de los rostros «Goenkale»), con un personaje joven, pero algo desilusionado -«cree en el amor, pero no en la pareja», puntualizan-, y una Beatriz Martínez de Antoñana que interpreta a una mujer cercana a los 40 años -«está en crisis con su pareja; es la historia más trágica»-. El quinteto lo completan dos «veteranas» del teatro: una Teresa Calo a la que le han rellenado las curvas -interpreta a la mujer a los 50 «y dice que no quiere morir sin tener un orgasmo; no los ha tenido nunca»- y Pilar Rodríguez, cuyo personaje «no se quiere ni acordar de lo mal que lo ha pasado con su marido cada vez que tocaba sexo».

Cinco franjas de edad, cinco personajes que huyen de los prototipos y los buscan a la vez, y una mujer, Mireia Gabilondo, intérprete, directora y autora que, pese a su apariencia frágil, lleva en esto del «espectáculo» mucho tiempo. Directora de montajes como «1937, gogoaren bidezidorretatik» u «Otehitzari biraka», actriz a ratos -para que la situemos, es la locutora radiofónica en la serie «Martin» de ETB- y codirectora junto a Fernando Bernués de numerosos proyectos de Tanttaka. El último: la versión cinematográfica de «Kutsidazu bidea, Ixabel».

Un escenario oscuro, que casi parece una caja negra, con puertas que se abren y almohadas. Todo ello diseñado por Edi Naudo. «La idea inicial fue de Fernando (Bernués), quien pensaba hacer algo con mujeres y sexo. Ésa era la primera premisa. Enseguida vimos la necesidad de contar con testimonios reales y pensamos hacer una encuesta con dos preguntas: ¿qué te ha sucedido en este sentido en tu vida que te hubiera gustado que no pasara? y ¿qué es lo que todavía no te ha pasado, pero que te hubiera gustado que pasara?». De las respuestas ofrecidas por un centenar de mujeres de Hego Euskal Herria arrancó el espectáculo en sí, que ha sido coescrito entre Mireia Gabilondo y la guionistas y directora Lurdes Bañuelos.

Tras «madurar» durante cuatro años en un cajón, «Mujeres en sus camas» finalmente ha salido a la luz. ¿Han incluído fantasías propias? La directora se ríe. «Todo el espectáculo es bastante autobiográfico». ¿Y hay algún en común entre todas las mujeres? «De la misma manera que creo que hay momentos que se vive el sexo de una manera buena y se disfruta de él, creo que todavía nos crea quebraderos de cabeza».

Amaia EREÑAGA

Ficha

Fecha: Lunes 5 (estreno de la versión en euskara) y martes 6 (estreno en castellano).

Lugar: Complejo Educativo (Eibar), dentro de las Jornadas de Teatro.

Hora: 20.30 h.

Precio: 10 euros.

UN REGRESO DEL PASADO, EL SALTO AL CINE Y MUCHAS MáS MUJERES
Andaba ayer Fernando Bernués metido en el estrés de los ensayos de «Paradero desconocido", la impactante obra que la compañía Tanttaka ha recuperado específicamente para una ocasión especial: la reinauguración anoche del Teatro Victoria Eugenia de Donostia. Una representación, por cierto, para la que hace tiempo se colgó el cartel de «no hay entradas". Tanttaka había dejado de representar esta obra, aunque sí continuaba su versión catalana, que se ha mantenido en cartelera durante mucho tiempo con éxito. La recuperación del clásico «El florido pensil" al cabo de diez años -ha sido la obra más taquillera del teatro vasco- es también otro de los extremos a reseñar en el devenir de Tanttaka que ahora, y con «Mujeres en sus camas", ha decidido retomar la producción propia, dejando a un lado, de momento las coproducciones. Una etapa de producción nueva, con montajes made in Tanttaka... y, por lo que se ve, con nombre de mujer. Fernando Bernués anda dándole vueltas a siguiente proyecto: su propia versión de «Carta de una mujer desconocida", un relato que sido llevado a la pantalla grande en dos ocasiones. A.E.

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