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LAB inicia una campaña para prevenir el ruido que sufren los trabajadores

a central sindical ha iniciado una campaña entre los trabajadores para hacer frente al ruido en los centros de trabajo. El año pasado se modificó la legislación. El limite máximo para evitar la hipoacusia es de 80 decibelios en una exposición de 40 horas semanales a un ritmo constante. L

La publicación «Zaintzen», de LAB, se dedica a ilustrar qué es el ruido y sus efectos negativos sobre las personas. Reclama a la adopción de una serie de medidas preventivas para evitar daños en la salud para el trabajador. La nueva normativa española es copia de la nueva reglamentación europea. La central sindical es pesimista en cuanto a su aplicación en los centros de trabajo «si no se asume por parte de las administraciones públicas responsables la exigencia de su cumplimiento». Es algo parecido a lo que ocurre con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que, después de once años de haber entrado en vigor, los máximos responsables del cumplimiento de la legislación reconocen que las empresas todavía sólo hacen un cumplimiento formal del texto, pero que no tiene el efecto esperado de lograr unos puestos de trabajo saludables.

El monográfico sobre el ruido explica que «el ruido debe eliminarse en su origen o reducirlo al nivel más bajo posible al tener en cuenta los avances técnicos y la disponibilidad de medidas de eliminación y control del riesgo en origen».

El ruido está presente en todos los sectores y en cada actividad. Es uno de los riesgos más comunes con los que se topan los trabajadores. LAB destaca sectores como el conservero, la construcción, la industria siderometalúrgica, la madera, la limpieza y otros muchos en los que «se ha hecho poco por resolver ese grave problema para los trabajadores, bajo la excusa de que es imposible eliminarlo o reducirlo».

El informe reconoce que existen numerosos sistemas para reducir el ruido, lo que ocurre es que tienen un coste económico y es esta la razón que no aceptan los empresarios.

Para evitar los efectos del ruido, se deben tener en cuenta algunas medidas preventivas al alcance de todas las empresas. Se debería producir cambios en los métodos de trabajo que reduzca la exposición al ruido. Se debería tener en cuenta la elección de equipos adecuados que generen el menor nivel sonoro posible, junto a una concepción y disposición adecuada de los puestos de trabajo. También los trabajadores tienen derecho a estar informados y formados en este peligro para su salud, mientras que el empresario debe poner los mecanismos adecuados para la reducción técnica del ruido mediante sistemas de dispersión acústica o aislamiento del ruido.

Como siempre recalcamos en esta sección, la salud del trabajador debe ser el eje fundamental de cada actuación antes que el valor de la producción. Esta máxima, que figura en la legislación en materia de prevención, es una de las claves para resolver el problema de la siniestralidad y del importante número de enfermedades profesionales que se están produciendo en las empresas.

LAB recoge en el monográfico sobre el ruido que los valores inferiores de exposición se sitúan en 80 decibelios, pero «cuando se sobrepasen los valores superiores de exposición de 85 decibelios, el empresario establecerá y ejecutará un programa de medidas técnicas y de organización que deberán integrase en la planificación de la actividad preventiva de la empresa, destinada a reducir la exposición al ruido, como podrían ser cambios en el método de trabajo y de los equipos, formación, utilización de materiales absorbentes, aislantes y limitaciones de la duración de la exposición».

Otro tema fundamental es que el empresario deberá evaluar los riesgos. Tendrá que realizar una medición exhaustiva y, por su puesto, entregar los equipos adecuados de protección adecuada. «Cuando el nivel de ruido supere los valores inferiores de exposición a 80 decibelios serán protectores auditivos» y cuando esté por encima de los 85 decibelios, «se utilizarán equipos adecuados, mientras se ejecuta el programa de adopción de medidas técnicas de organización adecuadas para paliar el efecto negativo que o produce el ruido».

Por último, LAB reclama de sus delegados sindicales que recaben la suficiente información sobre «las condiciones en las que se encuentra la empresa para colectivizar el debate, interpelar y denunciar a la empresa».

Juanjo BASTERRA

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