Cuando parece que, 16 meses después, se intuye, casi se toca, el final del juicio, Mirian Campos y Xabier Balantzategi, encausados en el sumario 18/98, hacen balance y llaman a acudir a la manifestación de Bilbo.

Llegaron a la Casa de Campo denunciando el carácter político de este proceso judicial. ¿Mantienen esa afirmación 16 meses después?

Mirian CAMPOS: Sí, y durante estos meses hemos tenido ocasión de demostrarlo mediante nuestras declaraciones, a través de los testigos y con las exposiciones de la defensa. Lo que hemos mantenido es que han sido los distintos gobiernos del Estado español los que han querido eliminar una línea ideológica compartida por un amplio espectro sociopolítico en Euskal Herria, y han tratado de cortar de raíz la labor que estábamos realizando en nuestro país.

Xabier BALANTZATEGI: Aquí lo que se está juzgando es el derecho de los vascos a organizarse y trabajar en cualquier campo social o político. Es eso lo que se está cuestionando, el nudo gordiano de lo que se trata aquí.

En este tiempo, tampoco el fiscal ha modificado su posición...

M.C.: El fiscal es un intrumento más del Estado, y lo que está claro es que en este momento el Gobierno del PSOE está hablando por su boca. Cuando se iniciaron estos macrosumarios era el PP el que estaba en el Gobierno pero, sin embargo, después de un montón de años y avatares políticos, el PSOE sigue manteniendo estos sumarios, que suponen un impedimento para avanzar en la consecución de un marco democrático y de unas condiciones democráticas para Euskal Herria.

X.B.: Manteniendo estas posiciones, el Gobierno español insiste en su intención de tener rehenes políticos, a modo de baza que se guarda de cara a Euskal Herria; tanto con nosotros como con otras muchas personas, que siguen manteniendo como medida de chantaje.

¿Les ha sorprendido la actuación del tribunal?

X.B.: Desde el primer momento la impunidad y el descaro con el que ha actuado este tribunal, que ni siquiera ha respetado las normas procesales, demuestra el papel de la Audiencia Nacional. Y si tenemos en cuenta que este juicio, el del 18/98, ha tenido cierto eco social y mediático en la sociedad vasca, qué pensar de aquellos que se celebran en esta audiencia contra los prisioneros políticos vascos. Aquí hay una total impunidad y no respetan ni sus propias leyes.

El coste que les ha supuesto todo esto ha sido enorme, ¿no?

X.B.: Evidentemente, ha tenido un gran coste. Pero creo que hablamos en nombre de todos si decimos que estamos orgullosos del esfuerzo que hemos hecho, cada uno en su ámbito, de seguir trabajando por Euskal Herria. Más que con el sufrimiento, que ha sido mucho pero existen muchas personas cuyo sufrimiento es mayor que el nuestro, nos gustaría quedarnos con el orgullo por el trabajo que hemos hecho todos juntos.

M.C.: Todos estamos aquí por trabajar en la construcción de nuestro país, y eso ha revertido en que nos creamos un colectivo. Y así hemos actuado delante de la sociedad vasca, que es la que al final nos va a juzgar, y también ante este tribunal, que ha visto un reflejo de lo que es la sociedad en Euskal Herria.

Mañana, hay una nueva manifestación en las calles de Bilbo. ¿Qué esperan de ella?

X.B.: Queremos volver a reivindicar los derechos civiles y políticos para todas las personas, pero también tiene que ser una fiesta de miles y miles de personas reivindicando los derechos de Euskal Herria, la necesidad de solucionar el conflicto político, y reclamando que los vascos y vascas tenemos derecho a decidir el estatus político que queremos para nuestro país.

M.C.: Además, hemos visto cómo en las últimas semanas, arbitrariamente, se ha conculcado el derecho de manifestación de colectivos y organizaciones que tenían algo que reivindicar.

En nuestro país existen vulneraciones de derechos constantemente, que todos hemos sufrido en algún momento, y hay que dar oportunidad a la gente que en otros momentos no ha podido reivindicar sus derechos para que que acuda a la manifestación de mañana a aportar su granito de arena.