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Los pigmeos amaestrados

«Man to man"

Los abusos de la colonización europea en África durante el siglo XIX, reflejados en un intenso drama de Régis Wargnier que ha supuesto un gran esfuerzo de producción para el cine europeo.

Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Desde que obtuvo el Oscar en 1992 a la Mejor Película de Habla No Inglesa con «Indochina», Régis Wargnier ha quedado perfilado como un director de grandes películas europeas, capaz de reconstruir la historia reciente a través de crónicas personales llenas de pasión, un poco a la manera de los novelistas clásicos, pero en base a ideas suyas, más o menos originales.

Si en aquella ocasión miraba hacia el pasado de las colonias francesas en Asia, en su nueva y no menos ambiciosa realización pone su atención sobre la colonización anglosajona de África, en el siglo XIX. Para escribir el guión, ha contado con un experto en el tema como es el novelista William Boyd, nacido en Ghana y autor del libro «Un buen hombre en África», que fue llevado a la pantalla por el australiano Bruce Beresford.

La perspectiva de mala conciencia occidental que plantea es similar a la de títulos recientes en la línea de «Hotel Rwanda», «El jardinero fiel» o «Diamante de sangre», sólo que remontándose a los orígenes del problema, donde las expediciones del explorador blanco están envueltas en una aureola de aventura y exotismo engañosos.

Algunas de las críticas publicadas con motivo de su presentación en la Berlinale hace dos años, la sitúan en unas coordenadas por las paradojas culturales que plantea entre la metrópoli y las tribus africanas, más cercanas al cine de Werner Herzog, junto con las que hacen alusiones directas al tipo de denuncia moral contenida en «El hombre elefante», de David Lynch.

Se trata de un safari por el África Ecuatorial, en el que un científico escocés y la aristócrata que financia el viaje intentan capturar animales salvajes con vida para llevarlos a los zoológicos europeos, hasta que dan con una pareja de pigmeos, a los que consideran especímenes de mayor interés.

La acción transcurre hacia 1870, en pleno auge literario de las teorías sobre la evolución de Darwin, cuando los pigmeos son considerados a modo de demostración viviente del eslabón perdido entre los primates y los humanos. Pero, una vez en la civilización, quedarán convertidos en una atracción de feria.

El protagonista de la película, encarnado por Joseph Fiennes, reaccionará frente al acoso del que son objeto sus amigos africanos, a la vez que le surgirán serias dudas sobre quién es realmente más salvaje; si los inofensivos pigmeos o las masas enfurecidas que no atienden a conciencia alguna dentro de un mundo que se dice civilizado.

Su defensa del más débil irá unida a la relación sentimental con su mecenas, papel que recae en Kristin Scott Thomas, una actriz inglesa que se siente muy a gusto y sin presiones en el mercado francófono.

Son los dos nombres estelares que brillan en el cartel de «Man to Man», que es una verdadera superproducción del cine europeo, porque su presupuesto, sin acercarse a los de Hollywood, supone un esfuerzo considerable para las posibilidades comunitarias. Para que el lector se haga una idea aproximada, el capital invertido anda alrededor de los veinte millones de euros, que viene a ser lo que ha costado «Alatriste». El hecho de que haya tardado dos años en estrenarse en nuestras pantallas resulta indicativo de lo que le va a costar recuperar ese dinero, fuera del poderoso influjo de las majors norteamericanas y sus premios oficiales.

Estreno

Dirección: Régis Wargnier.

Guión: William Boyd, Régis Wargnier, Michel Fessler y Fred Fougea.

Intérpretes: Joseph Fiennes, Kristin Scott Thomas, Hugo Bonneville, Lomama Boseki, Cecilia Bayiha, Flora Montgomery, Patrick Mokofeng.

País: Coproducción europea-Sudáfrica, 2005.

Duración: 122 minutos.

Género: Drama etnográfico.

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