Los distribuidores cinematográficos únicamente prestan atención a las películas épicas de Zhang Yimou, siendo la próxima de género wuxia en estrenarse «La maldición de la flor dorada». Esa es la razón por la que ahora se edita directamente en DVD «La búsqueda», realizada a continuación de las espectaculares «Hero» y «La casa de las dagas voladoras». Es una realización más pequeña, en la línea intimista de «El camino a casa» y «Ni uno menos», pero aporta la novedad esencial de plantear un acercamiento a las relaciones culturales entre japoneses y chinos.

El cineasta de la quinta generación china mantiene un particular pulso con el prestigioso actor nipón Ken Takakura, a fuerza de intentar romper su impenetrable estilo gestual desde la óptica emocional, lo que finalmente logra, a la vez que mina la resistencia a la lágrima del espectador más insensible.

«La búsqueda» es la historia del viaje más importante en la vida de un hombre por el corazón de China. Takata Gou-ichi (interpretado por Ken Takakura) es un padre japonés que se distanció de su hijo a raíz de la muerte de su mujer. Ante la inminente pérdida de ese descendiente joven pero enfermo, tratará de entender su pasión por la ópera china de máscaras, para llegar a la conclusión final de que intentaba descubrir los verdaderos sentimientos que cada persona esconde realmente bajo su careta o disfraz rutinario.

Una búsqueda que le conducirá a un viaje a través del interior de China, cruzando la región denominada Henan, considerada como la cuna de su milenaria civilización. La belleza natural de las montañas de esta zona pone fondo telúrico a una exploración interior, en la que el protagonista de la película se reencuentra con el origen primigenio de las relaciones familiares, se topa con extraños de todo tipo, descubre la amabilidad de las personas y recupera la idea de la familia que creía haber perdido mucho tiempo atrás, todo ello superando las traducciones de los guías turísticos.

Con motivo del 25 Aniversario del estreno de «Rojos» ha salido al mercado una edición especial para coleccionistas, que permite estudiar con detenimiento esta película ganadora de tres Oscar: A la Mejor Dirección, para Warren Beatty; a la Mejor actriz secundaria, para Mary Stapleton; y a la Mejor Fotografía, para Vittorio Storaro.

No fue ninguna casualidad la participación del maestro italiano, puesto que las intenciones de Beatty eran las mimas que las de Bertolucci con «Noveccento», al aprovecharse de la distribución a gran escala de un estudio norteamericano para hacer llegar mejor al mundo entero un mensaje de izquierdas. Lo que pretendía, en definitiva, era demostrar históricamente que lo yanqui y la derecha no han sido siempre sinónimos, tomando como ejemplo a seguir la figura de John Reed, un idealista que luchó por el comunismo en una sociedad capitalista, y participó en la Revolución Soviética.

Beatty pone un mayor énfasis en la vertiente romántica de John Reed, por lo que su relación sentimental con Louise Bryant ocupa un lugar preferente dentro del relato, al igual que el triángulo amoroso completado por el dramaturgo Eugene O'Neill. Reed conoce a Bryant, que lucha por su independencia como mujer y su reconocimiento como escritora. Deja a su marido y se va a vivir junto a Reed, integrándose en un grupo activista de izquierdas. La frenética actividad de Reed causará las primeras fricciones de la pareja.

La tendencia al retrato despolitizado la compensa con la inserción de distintos testimonios reales, aportados por personajes que conocieron a Reed, como, por ejemplo, el escritor Henry Miller. Por su formato de superproducción de Hollywood, «Rojos» no admite comparaciones con otras películas sobre el mismo personaje, ni con la mexicana «Reed, México insurgente», de Paul Leduc, ni con la soviética «Campanas rojas», de Sergei Bondarchuk.