El PSN enmarca la manifestación convocada por el Gobierno de Miguel Sanz «dentro de la estrategia del PP para desgastar al Gobierno de España» y Batasuna considera que confirma que «los sectores más ultraderechistas y PP-filos de UPN están imponiendo su línea de ataque frontal a un proceso de resolución del conflicto».

El candidato del PSN a la presidencia del Ejecutivo foral, Fernando Puras, calificó como «irresponsable» que «el Gobierno de Navarra convoque una manifestación en contra el Gobierno de España» y opinó que la convocatoria anunciada por los dos socios del Ejecutivo navarro es «una factura que el señor Sanz quiere pasar al señor Zapatero». Precisó que los convocantes, UPN y CDN, saben del «compromiso» del PSN «con el régimen foral y la libertad», pero, añadió, también saben que no está de acuerdo con «esa línea de confrontación con el Gobierno de España».

«A pesar de las circunstancias», abogó por «la unidad de los demócratas», aunque describió el momento actual como «un lamentable ambiente de creciente crispación construida sobre la falsa idea de que Navarra puede perder su estatus institucional por pretensiones terroristas, y eso es una mentira y una infamia».

Batasuna, por su parte, entiende que «tras meses de ensayos movilizadores con fórmulas de escaso tirón como el Foro de Ermua, Libertad Ya o la AVT, los fascistas y los nostálgicos del Régimen de Mola y Franco han conseguido por fin que UPN y todo un presidente del Gobierno como Sanz asuman abiertamente sus postulados y salgan a la calle a reclamar el blindaje del actual marco político que niega la identidad de Navarra».

El presidente de Nafarroa y de UPN, Miguel Sanz, explicó ayer que su temor no viene dado sólo por la propuesta de autonomía a cuatro de Batasuna, sino por «la actitud que ante dicha propuesta pueda tener el Gobierno español», «que no exista -insistió- la fortaleza necesaria para decir con claridad a Batasuna-ETA `olvidaos de Navarra'».

Entre tanto, el PP sigue preparando su manifestación de mañana en Madrid. Ayer, Mariano Rajoy la calificó como «la más importante de la historia de España». Además, dirigentes del PP y del PSOE siguen enfrentados en debates cruzados sobre quién aplica con mayor dureza el régimen penitenciario.