Las negociaciones salariales del sector metalúrgico alemán, que comenzaron ayer en Francfort, se presentan complicadas ante el inmovilismo empresarial pese a la bonanza económica.

Detlef Wetzel, jefe negociador de IG Metall en Renania del Norte-Westfalia, el estado federado más poblado de Alemania, afirmó que «la situación económica es excelente, las carteras de pedidos están llenas y los beneficios son muy elevados», por tanto, en opinión del sindicalista, la oferta empresarial debe ser superior a la realizada en 2006, pues de lo contrario auguró que las negociaciones serían conflictivas.

Los acuerdos en el sector metalúrgico alemán sirven en general de referencia para otros sectores económicos.

Wetzel indicó que «sería bueno que los empresarios hicieran una buena oferta», en declaraciones a la televisión pública ZDF, augurando «negociaciones conflictivas» en caso de que su propuesta resultara inferior a la del último año (3%).

El sindicato metalúrgico reclama un aumento salarial del 6,5% para el presente año, y en ningún caso contempla que finalizadas las negociaciones el aumento sea inferior al 4%. En este sentido, IG Metall recordó que en 2006 había exigido una subida del 5% y obtuvo un 3%.

Sin embargo, las diferencias entre sindicatos y empresarios son abismales, ya que los empresarios son partidarios de aumentos inferiores al 3%.

El presidente de la Federación patronal Gesamtmetall, Martin Kannegiesser, indicó en declaraciones al diario «Bild am Sonntag» que «la subida de los salarios debe ser un poco inferior a la del año pasado, si no, ponemos en peligro la reactivación en nuestro sector».

El presidente de la influyente Federación de herramientas VDMA fue más lejos, considerando que los trabajadores deberían contentarse con una subida salarial «claramente inferior» al 3%. «Hay empresas que van muy bien (...) pero cerca de un tercio de nuestros miembros acusan pérdidas o se sitúan en torno al equilibrio», dijo Dieter Brucklacher en una entrevista publicada ayer por el diario «Süddeutsche Zeitung».

La única cesión empresarial antes de las negociaciones es que la prima podría aumentarse. En 2006, ascendía por término medio a 310 euros, ajustable a la baja o al alza en función de la salud de la empresa.