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«El erotismo en los dibujos lo ponen los ojos del que mira"

Manu Muniategiandikoetxea recoge sus ilustraciones eróticas en un libro de artista que lleva por título «Instrucciones para náufragos". En la edición limitada de la publicación convergen los dibujos serigrafiados del pintor con los textos en euskara de Harkaitz Cano.

Josune VELEZ DE MENDIZABAL | GASTEIZ

«Todo comenzó como una especie de aventura. Creíamos que era una idea fácil cuando Laureano Olaetxea la propuso: un libro de artista en serigrafía con tema erótico -explicó su autor, Manu Muniategiandikoetxea-. Entró en mi cabeza y me gustó. Me pareció que era una buena excusa para hacer algo que ya venía haciendo desde hacía tiempo pero en esta ocasión con una dirección concreta».

Tras 15 meses de trabajo, Muniategiandikoetxea acaba de publicar su primer libro de artista. La publicación es todo un reflejo del arte que caracteriza al pintor de Bergara. Se trata de un total de 89 dibujos eróticos serigrafiados acompañados con textos trabajados por Harkaitz Cano.

Manual de auxilio

«¿Qué es el erotismo?, ¿Dónde se encuentra el erotismo?». Estas son las preguntas que Manu se planteó al empezar a trabajar en su libro. «Y, como si fuera un hilo -recuerda-, fui tirando y tirando y creando este trabajo. Me di cuenta de que está en todos los sitios y que, por eso, en todos los disfrutes y goces está presente el erotismo. ¿Dónde está la frontera entre erotismo y pornografía? Todo depende de los ojos que miren el dibujo».

El trazo de las imágenes eróticas no le planteó dificultades al pintor de Bergara, gracias a su habilidad, pero, por el contrario, el ritmo sí fue motivo de problemas. «Me pareció difícil darle un ritmo a la publicación, es decir, que tuviera un principio y un final», reconoció. Y ahí es donde encaja la colaboración en la producción de Harkaitz Cano, aunque tampoco resultó nada fácil. Al principio, confesó el propio Manu, no funcionaban los textos del escritor y sus dibujos, «se quitaban fuerza». «La idea era -añadió- que el texto fuera como una banda sonora que acompañara a los dibujos, que los potenciara, pero los textos eróticos restaban fuerza a las imágenes y éstas al texto». Finalmente, sin embargo, los artistas lograron el equilibrio entre literatura y pintura.

En uno de los relatos de Cano, un saxofonista se encuentra en un hotel y sobre la mesilla del dormitorio ve un libro que lleva por título «Instrucciones para náufragos». El personaje lee unos párrafos de la publicación y, durante esa lectura, los dibujos y el texto se conectan. El libro de artista de Manu se completa, precisamente, con una hoja suelta que recuerda a las instrucciones que se dan a los viajeros cuando hacen uso de aviones o barcos. «Y así, siendo el texto totalmente ajeno a las imágenes, sumados, se transforman en el objeto deseado. Difícilmente se pueden juntar estas dos cosas y por eso hemos realizado esta conexión surrealista», explicó Manu de forma ilustrativa.

En la presentación de ayer, Mariano Arsuaga, coordinador del proyecto, se atrevió a asignar a Muniategiandikoetxea el título de pionero euskaldun en el tratamiento erótico en dibujos. Y resaltó el trabajo tanto del pintor como el de Cano, además de la labor del director de la editorial Laureano Olaetxea y la del taller de diseño Laia y de su diseñadora Anne Ibañez Guridi.

EQUILIBRIO

El libro incluye entre sus tapas una hoja suelta que recuerda a las instrucciones de auxilio que debe seguir quien se encuentre en medio de un naufragio. El lector, haciendo uso del manual, visualiza las imágenes eróticas.

Voyerismo e imágenes de cine en papel

Manu Muniategiandikoetxea capta sus dibujos de ideas que toma de la televisión, del cine porno, de la literatura y del propio arte. Y, según desveló ayer el autor, en las imágenes se encuentran referencias a Nobuyoshi Araki, Pail MacCarthy, Matisse, Andy Warhol, Kim Ki Duk o el propio Kubrick.

«Existe un punto de voyeur en la obra. Los dibujos necesitan de la mirada del lector. Por eso, todas las imágenes miran al lector haciéndole partícipe de las mismas», subrayó el pintor. Como si se tratara de una película cinematográfica Manu comparó los textos del escritor Harkaitz Cano con los «pasajes de relax» entre escena y escena.

La edición limitada de «Instrucciones para un náufrago» cuenta con una tirada de 150 ejemplares, todos ellos firmados por su autor. Manu se mostró muy satisfecho por haber llevado hasta el final la idea planteada por el editor Laureano Olaetxea, y consideró un «verdadero lujazo» el resultado final. «Que con una sola tinta se pueda apreciar la textura del lápiz se debe a la magia de Laureano», finalizó.

Josune VELEZ DE MENDIZABAL

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