Raimundo Fitero
Sonsonetes
En el programa de La Sexta, «Sexto sentido», intentan hacer una versión sin micrófonos del debate «59 segundos» que languidece en la primera estatal. Hasta lo presenta quien fue la que llevó al programa que esconde los micrófonos a sus mejores cuotas de audiencia, Mamen Mendizábal. La versión actual es más bi-partidista, tres miembros del PSOE frente a tres del PP. El resto no existe. Por lo tanto estamos ante algo ficticio, ante una manipulación, pero que puede dar su juego electoral, o que puede ser un entretenimiento televisivo al ver como se desgarran con sus ideas previas, preconcebidas y se marcan cuerpo a cuerpo, eslogan a eslogan. Ponen los dos partidos a sus efectivos más locuaces, más rápidos en la contestación más agresiva. Y uno acaba escuchando solamente los sonsonetes, lo que pasa es que uno de ellos, el que mecen los jefes de Mariano, ahora salvador de Nafarroa, empieza a ser putrefacto.
En Antena 3, mientras tanto, están con un polígrafo, perdiendo audiencias, tiempo y dinero, porque lo que nos plantean son absurdas situaciones que no tienen mucho fuste. Auguro que los polígrafos van a ser los artilugios que más rápido adquirieron fama y audiencia y de la manera más fulgurante van a desaparecer por lo que tienen de falsedad. Los chapuzas de Manolo y Benito se van despidiendo y parece que van a seguir unas pocas semanas más. Un sufrimiento añadido, una muerte lenta, posiblemente la desaparición definitiva de esta pareja que no ha logrado una respuesta adecuada. Todos los sonsonetes, todas las sospechas se visualizan con la detención e ingreso en prisión de José Luis Gamarra, un alto cargo de Anesvad, una oenegé que ha tenido mucha presencia televisiva, con anuncios bastante buenos, con apoyos de muchos famosos. No hay que inundar a todos con esta supuesta actitud de apropiación indebida de fondos, pero se empieza a pensar que demasiadas organizaciones de estas características, asociaciones, fundaciones y un largo etcétera no están creadas para hacer lo que anuncian, sino para encubrir otras actividades, no siempre delictivas, obviamente, pero una inspección exhaustiva se está haciendo urgente.