Victoria Mendoza Psicoterapeuta
«Síndrome social degenerativo"
No se trata de altruismo social, todo lo contrario, se trata de encontrarle un sentido a nuestras vidas, encontrar un sitio, espacio y motivo desde donde podamos hacer algo útil y práctico
Alguno de los síntomas de que la sociedad está enferma es ver cómo el pueblo está dejando de creer en sus representantes políticos y cómo éstos se están olvidando de consultar al pueblo en su toma de decisiones y acciones políticas; los adultos no confían en los jóvenes ni los jóvenes en los adultos; los profesores no confían en la capacidad académica ni en la disciplina de sus alumnos, los alumnos no confían en la capacidad didáctica de sus profesores, los padres de familia no confían en los profesores, ni en sus hijos y los hijos no confían en sus padres. Se sustituyen valores por prejuicios, la política se mezcla con la religión, hay sectas y fanatismo religioso y político, hay tantos desajustes sociales indicadores de que hay «un Síndrome social degenerativo» peligroso y contagioso que ocasiona desequilibrio social. Por eso es muy importante que reaccionemos y nos atrevamos a dar cambios radicales y que hagamos una revisión crítica de lo que estamos haciendo mal o lo que falta por hacer para poder resolver los problemas ya existentes y evitar que se formen nuevos problemas y conflictos sociales, es necesario recuperar la confianza y la motivación perdida y es necesario aceptar nuevas maneras de ver y tratar los problemas sociales.
Hay muchos síntomas que corregir, todo es cuestión de elegir dónde queremos estar, cómo queremos y podemos aportar según nuestras capacidades y motivaciones. Hay globalización y, como consecuencia, guerras, invasiones, deuda externa, miseria, corrupción, niños soldado, inmigración, explotación laboral, prostitución y pornografía infantil, desigualdad y exclusión social y de género, niños maltratados, disminuidos físicos y psíquicos, ancianos solos y enfermos, problemas de vivienda, educación, sanidad, trabajo, trasporte, hay contaminación ecológica, hay terrorismo, violencia social, tortura, cárceles asesinas, hay nuevas enfermedades físicas y psíquicas, hay conflictos sociales y políticos aún sin resolver, hay conculcación de derechos y hay un sin fin de problemas pendientes de resolver, por lo que hay un abanico de posibilidades y razones para no quedarnos congelados o bloqueados física y mentalmente. Podemos elegir lo que más nos interese o bien lo que nos pueda aportar mayor aprendizaje y donde más podamos aportar de nosotros mismos.
No se trata de altruismo social, todo lo contrario, se trata de encontrarle un sentido a nuestras vidas, encontrar un sitio, espacio y motivo desde donde podamos hacer algo útil y práctico, tener un pretexto para ser parte de esta sociedad enferma; es tener una razón más para existir, compensar de alguna manera todas nuestras imperfecciones e inseguridades, disculparnos en cierta forma por el daño que le estamos haciendo al planeta, justificar y aprovechar que aún estamos vivos. Estamos en un mo- mento oportuno para dejarnos de egos y conflictos sociales, es hora de demostrar que también somos capaces de actuar con menos cobardía y mediocridad social y probablemente podemos entre todos comenzar a sanar a nuestra sociedad enferma.