El Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) del Consejo de Europa ha subrayado que la tortura, el trato vejatorio y las detenciones ilegales persisten en muchas zonas de Chechenia.

En un informe que dio a conocer ayer, resalta que, a diferencia de años anteriores, los presos chechenos no han denunciado casos vejatorios. No obstante, remarca que se les ha impedido desarrollar su labor, «lo que únicamente contribuye a crear un clima de impunidad» y denuncia, ignorado en numerosas ocasiones por las autoridades rusas, que tampoco han tenido en consideración las recomendaciones de este organismo internacional. Por ello, les emplaza a que «cumplan con su papel» para acabar con las violaciones de derechos humanos en Chechenia.

El Observatorio para la Protección de los Defensores de los Derechos Humanos denunció ayer que durante el año 2006 se produjeron 1.360 casos de represión contra defensores de derechos humanos en cerca de 90 países.

En su informe anual sobre la situación mundial de los defensores de los derechos humanos, el Observatorio señaló que «las amenazas de muerte, la tortura, las detenciones arbitrarias y las campañas de difamación continúan formando parte de la vida cotidiana de decenas de activistas».

«Los estados deberían ser los primeros en proteger a los defensores de los derechos humanos, pero muy a menudo resulta ser al contrario: son el origen de la represión», concluyó la entidad.

Asimismo, lamentó que durante 2006 se haya confirmado la tendencia de aplicar «un arsenal legislativo en nombre de la lucha antiterrorista para restringir las libertades de asociación y expresión pacífica en aquellos estados que consideran la sociedad civil independiente como una amenaza».

El Observatorio recordó también las numerosas muertes de defensores de los derechos humanos producidas durante 2006, entre las que destacó la del dirigente sindical iraquí Thabet Hussein Alí, el activista colombiano Gregorio Izquierdo Méndez, el ecologista tailandés Thares Sodris y la periodista rusa Anna Politkóvskaya.

Latinoamérica

En Latinoamérica, la defensa de los derechos humanos fue «una actividad de alto riesgo», ya que, según destacó el Observatorio, en países como Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras, México, Perú y Venezuela se llevaron a cabo numerosos actos de represalia, atentados contra la integridad física y muertes de activistas.

Además, en todos estos países se practicó «una instrumentalización del sistema judicial con el fin de sancionar a los defensores de los derechos humanos», según resaltó el Observatorio.