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Transporte universitario en la UPV-EHU

El difÍcil viaje diario hasta el campus

Mientras los actuales gestores de la UPV-EHU se embarcan en el proyecto Batubide para hallar un plan de desplazamiento seguro y sostenible, los alumnos, al igual que lo vienen haciendo durante décadas, se quejan de un pésimo transporte colectivo.

La UPV-EHU ha emprendido un proyecto de investigación innovador -Batubide- al objeto de hallar un plan de desplazamiento seguro y sostenible para una comunidad universitaria que ronda en torno a las 55.000 personas. De ellas, 45.000 son alumnos, unos 4.300 profesores y 1.700 pertenecen al personal de servicios, según detalla Juanjo Unzilla, vicerrector de Profesorado. Esta iniciativa, dirigida por el profesor Angel Elías, pretende fomentar soluciones sostenibles de desplazamiento hacia y desde los tres campus, impulsando el transporte colectivo, «especialmente el público» o el uso compartido del coche. Se trata de un arduo trabajo dada la «compleja, diversa y dispersa realidad» de esta universidad pública, sin olvidar que el transporte siempre ha sido uno de los puntos flacos de la UPV-EHU.

Asier Lauzurika, presidente del Consejo de Estudiantes, valora positivamente que se investigue acerca de la movilidad de la comunidad universitaria y sobre los hábitos de ésta. «Hace falta más que buenas palabras, ruedas de prensa y fotos bonitas», aclara, a la vez que expone que «uno de los ejes fundamentales es la carencia de un transporte público digno que responda a las necesidades tanto de los estudiantes como del resto de la comunidad universitaria». Por ello, opina que si el programa Batubide no llega acompañado de «medidas correctoras que le den la vuelta a esta situación, todos los estudios que se puedan hacer serán inútiles».

El proyecto Batubide busca además favorecer el reordenamiento, «allí donde sea posible y conveniente», de ciertos modelos organizativos en la UPV-EHU, como pueden ser los turnos y horarios de trabajo, a fin de que favorezcan el uso del transporte. Mucho queda por hacer, a la vista de las experiencias recabadas por GARA entre el alumnado. Haizea Belza, estudiante de Psicología, lleva tres años viajando desde Bilbo a Ibaeta. Hasta este curso lo hacía en los autobuses fletados por GOTO, una asociación cultural, según reza en su presentación, avalada por la compañía privada Pesa, que atiende la demanda del colectivo universitario de Bizkaia para su traslado al campus donostiarra. Esta iniciativa cuenta con la colaboración de la UPV-EHU y el Departamento de Transportes de la Diputación guipuzcoana.

GOTO atiende las conexiones entre Bilbo y Donostia, así como la de Aretxabaleta con Gasteiz. Altube es la asociación universitaria que cubre los trayectos entre la capital alavesa y el campus de Leioa y Bilbo, como la compañía privada La Unión. Pipper hace lo propio entre localidades como Azpeitia, Azkoitia, Getaria, Orio, Zarautz, Zestoa, Zumaia y el campus vizcaino.

Haizea Belza paga 1.400 euros al año, recibiendo de la Diputación vizcaina una subvención de 300 euros que se abona al curso siguiente. Ha optado por utilizar la línea regular de Pesa, ya que GOTO ha quitado el servicio de la tarde. «Es de risa el servicio que presta, porque siempre acabas viéndote obligado a coger la línea regular por 2 euros», señala esta joven, que incide en que luego tiene que recurrir al transporte público desde Amara hasta el campus de Ibaeta.

Sin autobús por la tarde

A estudiantes como Liher Aiarzaguena no les queda otro remedio que coger el coche. Desde hace cuatro años viaja de Iurreta a Donostia. Primero, optó por la línea de Pesa entre Durango y la capital guipuzcoana. Este curso, al quitar el servicio de la tarde, debe trasladarse hasta Eibar para desplazarse a Donostia, donde estudia Informática. El joven califica de «bastante penoso» el servicio. «Hay un autobús a la mañana a Donostia y uno de vuelta al mediodía. Si terminas antes las clases no te queda otro remedio que esperar», explica.

Los traslados le suponen a Aiarzaguena un desembolso anual de 1.150 euros, por los que recibe una beca foral de 300 euros. La opción de encontrar un piso de alquiler compartido en Donostia la ha desestimado. «Es bastante caro el tema, ya que al alquiler debes sumar los gastos», apostilla.

«Los horarios de los autobuses siguen siendo insuficientes. Además de tener que esperar largo tiempo entre autobús y autobús -manifiesta Asier Lauzurika-, supone un gran coste económico para los y las estudiantes que hacen uso de él a diario».

A diario, según el vicerrector Unzilla, acuden al campus de Leioa, el peor comunicado de los tres, una media de entre 13.000 y 14.000 personas; a Donostia lo hacen alrededor de 8.000, y entre 7.000 a 8.000 al de gasteiz. Lo que desconoce el Rectorado es el número de desplazamientos intercampus cada jornada.

Haizea Belza afirma que «le parece vergonzoso que, por tener la `mala suerte' de estudiar una carrera cuya facultad está en Donostia, tenga que pagar por viajar a una universidad pública».

«El transporte a los campus es insuficiente», subraya Asier Lauzurika, presidente del Consejo de Estudiantes de la UPV-EHU, quien explica que los puntos flacos son «la escasez de horarios, el gran gasto económico que supone y la masificación». Explica que, al estar el transporte intercampus en manos de compañías privadas, no se atienden las necesidades de los alumnos, sino los intereses económicos de las empresas. «Habría que trabajar hacia un verdadero transporte público -reivindica- que dé respuesta a dichas necesidades; con horarios que se adecúen a los hábitos de movilidad de la comunidad universitaria, con los medios suficientes para evitar la masificación. Siendo el transporte público un bien que responde a necesidades de movilidad de la población, debería tener un precio social».

El gran problema histórico de la UPV-EHU en cuanto a comunicaciones es el campus de Leioa, aunque, según diversas opiniones recabadas por este diario, el servicio de transporte público ha mejorado en los últimos años, sobretodo «cuando Bizkaibus asumió las líneas que eran cada una de una compañía diferente, hará casi diez años», recuerda Arantza Ibabe, del Personal de Administración y Servicios, quien añade que «la mejora se ha estancado». Ella viaja habitualmente en la línea Zabalburu-UPV, que sólo funciona en horas punta. «Hay tramos horarios en que te tienes que amoldar con otras líneas. Además -puntualiza- quedan bastantes lagunas en periodo no lectivo, como Navidad o verano, que son periodos en los que se trabaja en la Universidad. Apenas si tienes una o dos líneas desde Bilbao, de las siete u ocho habituales». Son estas deficiencias las que le obligan a optar por el vehículo privado. Una solución propuesta por la profesora Arantza Urkaregi sería «mantener, al menos en las horas punta, los servicios de la época lectiva».

Bizkaibus rebajó de manera cuantitativa el número de líneas que llegaban hasta el campus de Leioa en el curso 2004/2005, quedando bastante mermadas las zonas de Basauri-Galdakao o algunos de los autobuses con partida y destino en Bilbo, especialmente el 2324, que es la línea que pasa por Enekuri y, en condiciones normales, apenas tarda 15 ó 20 minutos en conectar el campus con la capital. Tras las movilizaciones de los usuarios, se incrementaron los servicios. A pesar de ello, y de que se produjeron mejoras en la línea Zabalburu-UPV, continúan existiendo grandes problemas.

Las obras como revulsivo

Las obras en el campus de Leioa han sido un revulsivo para cambiar hábitos adquiridos, como el de usar el coche. «Anteriormente, acudía en coche y creo que, en época lectiva, se da, en general, un buen servicio», confiesa Asier Lauzurika.

No obstante, el precio del bus no convence a sus usuarios, «aunque es un tema global del transporte en Bizkaia; es demasiado caro y, además, si tienes que tomar dos medios de transporte -por ejemplo, Bizkaiabus y metro- pagas 1,5 euros. Debería ser billete único», reivindica Urkaregi.

Otro profesor de la UPV-EHU, Juan Hernández Zubizarreta, cree que la asignatura pendiente en este ámbito es dotar de marquesinas a las paradas, tanto en Bilbo como en el campus de Leioa, para protegerse de las inclemencias meteorológicas. Además, lamenta «la falta de infraestructura para bicicletas, como aparcamientos adecuados, duchas, vestuarios; no lo usa mucha gente -matiza- pero es algo a potenciar».

Agustín GOIKOETXEA

Bizkaibus reducirá los servicios de la línea galdakao-campus de leioa

Bizkaibus disminuirá el número de servicios de la línea A2610, que cubre el recorrido entre Galdakao y el campus de Leioa. La modificación, desvelada por el diputado foral de Obras Públicas y Transportes, Eusebio Melero, en una comisión de las Juntas Generales de Bizkaia, suprimirá el trayecto entre Usansolo y Galdakao, que sólo se mantendrá a primera y última hora del día. Melero explicó que Bizkaibus mantendrá en circulación «en horas punta» tres o cuatro autobuses diarios. Los responsables forales aducen que la reducción del servicio no generará grandes afecciones a los usuarios ya que el número de viajeros en Usansolo es bajo.

La medida supondrá que la línea A2610 Galdakao-Campus de Leioa ganará en regularidad y se eliminarán los retrasos que ahora se acumulan, especialmente al mediodía, en Galdakao. Eusebio Melero reconoció que «se producen atascos de diez a treinta minutos por circunstancias del tráfico». A.G.

 

55.000 personas

Son los miembros de la comunidad universitaria que se desplazan para acudir a trabajar y estudiar a la UPV-EHU.

 

Tres campus

El Rectorado de la UPV-EHU dice desconocer cuál es el número de desplazamientos diarios intercampus.

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