A los pequeños comerciantes les preocupa la «permisividad» de la Administración en la recalificación de suelos rurales y destinados a otros usos para implantar grandes superficies, que -a juicio de Xabier Zelaia, presidente de Bizkaidendak- traerá consecuencias negativas como la «desertización de nuestros pueblos» y el «fomento de la especulación urbanística».

Su homólogo de la agrupación guipuzcoana Dendartean, Víctor Lizarribar, cuestionó la política de Lakua orientada al desarrollo sostenible, dado el consumo de suelo y el fomento de la utilización del coche, con la consiguiente contaminación y saturación, con la construcción de estos equipamientos.

Estas afirmaciones fueron avaladas por el presidente de EHNE de Bizkaia, quien aseguró que en la última década se ha reducido un tercio el suelo agrario en este herrialde. Mikel Kormenzana, al igual que lo manifestaron representantes de las agrupaciones de comerciantes, citó los casos de Igorre, Elorrio, Busturialdea, Ondarroa, Markina, Balmaseda o Zornotza, donde los ayuntamientos no paran de aprobar recalificaciones urbanísticas «en beneficio del negocio del ladrillo».

José Ramón Martínez, de Ezkerraldenda, expuso la situación «dramática» de Ezkerraldea, comarca en la que se prevé aún la apertura de otra gran superficie de 25.000 metros cuadrados en Portugalete, que se sumaría a los distintos parques comerciales que existen en Barakaldo y Sestao, los mayores de Euskal Herria. Martínez, hijo y nieto de zapatero, no ocultó su desazón porque el Gobierno de Gasteiz apueste por los intereses de las grandes empresas de distribución, que pretenden cambiar los hábitos de compra, consumo y ocio de los vascos, especialmente de los jóvenes.