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Jim Morrison , cuarenta años manteniendo viva la llama

La discográfica Rhino ha aprovechado la efemérides del cuarenta aniversario de la publicación del primer trabajo de The Doors para remasterizar sus seis discos. Lanza, a su vez, un recopilatorio de grandes clásicos, «The Very Best of The Doors", que estará en las tiendas a partir del próximo martes.

Cuando James Douglas Morrison fue encontrado muerto en la bañera por su compañera, Pamela Courson (el 3 de julio de 1971, en París), oficialmente se afirmó que fue de un ataque al corazón, aparentemente tras una noche fundida en alcohol y heroína. A los 27 años, Jim ingresaba de esa manera en el Olimpo del rock & roll y se convertía en un icono que recibe la visita anual de miles de seguidores -muchos de ellos aún no habían nacido cuando «el rey Lagarto» murió- en su descanso eterno del cementerio de Pére-Lachaise, donde está, entre otros, cerca de Chopin. Hacía sólo seis años que había conocido a Ray Manzarek, Robby Krieger y John Densmore -quienes, para entonces, ya le detestaban- y fundado The Doors. Sus compañeros de banda, quienes ya ensayaban sin él, no estuvieron en el funeral que se celebró en París, donde Morrison, físicamente decrépito debido a su alarmante alcoholismo y creativamente marchito, se había refugiado para descansar. Tras su muerte, sus compañeros publicaron dos discos más, «Other Voices» y «Full Circle», que resultaron ser un fracaso, y un tercero, el interesantísimo «An American Prayer», con poemas recitados por el propio Jim anteriormente. El mito los eclipsó.

Fue el final. El final de The Doors y el principio de otra historia, la de las películas, biografías y homenajes. Más de 35 años después de su muerte, el lucrativo cadáver sigue facturando más de un millón de dólares anuales que se reparten sus padres, junto a los de su compañera, Pamela Courson, también fallecida por sobredosis a los 27 años, después de litigar entre ellos. Tampoco su música y el resto de la banda están libres de litigios. Pero la efemérides y las reediciones se suceden y, a día de hoy, por ejemplo, la banda es el grupo número uno en venta de música para móviles en los Estados Unidos. En 1991, el controvertido director de cine Oliver Stone llevó a la gran pantalla su versión de la historia de la banda -que no quedó plenamente satisfecha-, con la actuación de Val Kilmer en el papel de Jim Morrison. El batería Densmore también publicó su propia historia autobiográfica en el bestseller «Jinetes en la tormenta. Mis años en los Doors» (Grijalbo, 1990).

El año pasado, coincidiendo con el cuarenta aniversario de la fundación de la banda, Elektra (Rhino/Warner) publicó una extensa caja conmemorativa integrada por los seis álbumes que grabaron en vida de Morrison, exceptuando el directo «Absolutely Live» (julio de 1970), más seis dvd con imágenes en directo, clips, ensayos... La caja, que contiene temas extras y notas del ingeniero de la banda, Bruce Botnick, presenta joyas para coleccionista, como la «Light My Fire» original, más rápida (6'50'') que la que se publicó, por un error de pitch (7'05'') o «The End» sin la censura que eliminó la palabra fuck. Manzarek y Krieger también realizaron su particular homenaje con una gira de su nueva banda Riders on the Storm, con la que recalaron en Donostia el 12 de enero de este año. El batería Densmore les había impedido utilizar el nombre original (The Doors of the XXI Century). El paseo de la fama en Hollywood otorgó una estrella a la célebre banda sesentera y hace bien poco recibieron un Grammy honorífico.

Este año, con motivo de los cuarenta años de su primer y brillante lanzamiento, los homenajes prosiguen con novedades discográficas. Rhino ha decidido publicar los seis trabajos remasterizados por los tres supervivientes de la banda -el teclista Manzarek (68 años), el guitarrista Krieger (61 años) y el batería Densmore (62 años)-, junto al ingeniero Bruce Botnick. Además de los temas habituales, encontraremos curiosidades como la versión «Carol», de Chuck Berry, o el «Adagio en G Minor», de Albinoni. La publicación de dichas reediciones está prevista para el martes de la semana próxima, fecha en la que también saldrá a la venta el cd-libro «The Very Best Of the Doors», con un dvd en directo y 34 clásicos de los angelinos remasterizados para la ocasión en un formato de lujo y con edición limitada.

La publicación nos traslada hasta enero de 1967, cuando The Doors asombró al mundo con su primer trabajo. La banda californiana fue formada el año anterior por cuatro jóvenes estudiantes de Arte que se habían fogueado tocando en directo en el local Whiskey A Go Go, meca rockera de Sunset Strip Boulevard. Tocaban un puñado de temas propios y versiones de James Brown y de Chicago repletos de ácido lisérgico. Manzarek declararía años después que la música era «la mejor manera de acercarse a Dios», porque, decía, «con el LSD creías ser él».

Los Ángeles, 1967

Con Morrison como chamán, mezclando poesía y sexo implícito -y explícito, lo que motivó más de un arresto-, el brillante debut, inspirado y completo, entusiasmó. Lo tenían todo. Y a Jim. «El rey Lagarto» te abrazaba, te acariciaba, te lamía, te mordía y te escupía, escudado en un maravilloso trío musical liderado por el órgano de Ray Manzarek, quien también se ocupaba del bajo con sus teclas. Antes de que la personalidad de Morrison absorbiera el talento musical de Manzarek, Krieger y Densmore, el debut presentó un conjunto compacto por encima de las individualidades y ofreció introspección, apelando al alma en una época hippie, escapista y colorista.

Grabado por el ingeniero Rothchild en dos días a finales de agosto y principios de setiembre de 1966 casi en directo, el álbum lo abre «Break on Through (To the Other Side)», primer single que habla de «traspasar el otro lado», según algunos, en clara referencia a las sustancias tóxicas. Tras ella, la poderosa «Soul Kitchen» y el tema delicado del disco, «The Crystal Ship». Acorde con los sonidos imperantes en la época, llega «20th Century Fox» y, después, la cabaretera «Alabama Song (Whisky Bar)», tema compuesto por Kurt Weill y Bertolt Brecht. Vuelta al vinilo para encontrar el segundo single, «Light My Fire», compuesta por Krieger y acortada para la radio (sin el extenso solo de Manzarek). «Back Door Man», blues de Willie Dixon, y «I Looked at You» dan paso a «End of the Night» y «Take it As it Comes», para finalizar con una pieza clave de su temario: la hipnótica «The End». Éxito, arrestos y casi tres millones y medio de discos vendidos.

La banda trabajó rápido y presentó su segundo largo, «Strange Days» (octubre de 1967), menos espontáneo que el anterior, con el blues «Love Me Two Times», «Moonlight Drive» o la casi folk «People are Strange». En julio del 1968, vio la luz «Waiting for the Sun», tras sesiones de grabación muy tensas y un Morrison cada vez más ebrio, muy cerca de su clímax de popularidad. Destacan en el disco la antibelicista «The Unknown Soldier» y la naif «Hello, I Love You», para dar paso a la segunda parte de su carrera. Con musicalmente casi todo dicho, publicaron en julio de 1969 el controvertido «The Soft Parade», con el single «Touch Me» o «Tell All The People» como éxito de un grupo que comenzaba a tambalearse.

Remontaron el vuelo con el optimista «Morrison Hotel» (febrero de 1970). Brillante y consistente, el trabajo se abre con el memorable «Roadhouse Blues». Fue el primer disco de una banda americana en superar el millón de ventas en los Estados Unidos, y el título y la portada de la misma se lo da un lugar real, una pensión barata llamada Hotel Morrison.

En julio de 1970 apareció una compilación doble en directo, llamada «Absolutely Live», y recogida en actuaciones de los últimos seis meses, sin que tuviera mucho éxito. En abril del año siguiente, el conjunto publicó el último disco en vida del vocalista y poeta de la banda. Antes de «L.A. Woman» Jim Morrison ya había dado muestras en directo de que algo iba mal, si bien el disco resultó magnífico, a pesar de los roces con Rothchild, quien renunció y trasladó la producción a Bruce Botnick. El disco se cierra con «Riders on the Storm», la última canción que el icono Morrison registró antes de ingresar en el Olimpo del rock & roll.

Anartz BILBAO

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