Hoy se debate en Juntas Generales de Gipuzkoa la reducción del impuesto de sociedades al 28%, aunque las empresas sólo pagan ya un 21%. Manifestamos nuestro rotundo rechazo a esta medidas y a una política fiscal cada vez más regresiva que beneficia a las rentas de capital y potencia el incremento de la imposición indirecta en perjuicio de las rentas de trabajo.

PNV y PP han dejado de lado sus discrepancias políticas para hacer causa común con los intereses de los empresarios.

Las Juntas Generales de Gipuzkoa no pueden plegarse sistemáticamente a los intereses del empresariado, y mucho menos en momentos en los que los beneficios empresariales están batiendo records.

De manera tramposa, instituciones forales y empresarios centran el debate en torno al tipo nominal del impuesto y ocultan que el tipo efectivo que pagan las empresas es más reducido.

Como consecuencia de esta estrategia disminuyen los ingresos fiscales destinados a financiar el gasto público y las políticas sociales y no es casualidad que ocupemos uno de los últimos puestos de la Unión Europea en cuanto a presión fiscal , y que estemos a la cola en materia de protección social.

En Hego Euskal Herria los gastos totales en protección social equivalen al 19% del PIB (28% en la UE), y la presión fiscal total en Hegoalde apenas supera el 30% del PIB (en la UE más del 40%). En lugar de caminar hacia la convergencia fiscal y social con Europa las instituciones forales nos arrastran por la pendiente del dumping fiscal, una estrategia que tendrá consecuencias negativas en la política social.

La fiscalidad que Euskal Herria necesita es equitativa en la imposición en función de las rentas sin que importe su origen y soberana para decidir impuestos y tipos impositivos en función de las necesidades de nuestro tejido social y productivo.