El secretario general de UGT Euskadi, Dámaso Casado, y la secretaria para la Igualdad , Emilia Málaga, presentaron un informe exhaustivo sobre los «abusos y chantajes» que los empresarios practican contra los trabajadores inmigrantes en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Hace una semana en Nafarroa detuvieron a 17 personas por explotar como esclavos a 91 trabajadores inmigrantes.

Destaca la impunidad que tienen los empresarios para aprovecharse de la necesidad y el desconocimiento de la legislación en materia laboral de los trabajadores inmigrantes. «Tratamos de informarles y ayudarles para que no sean explotados», precisó Casado.

Según los cálculos de UGT Euskadi, 2006 se cerró con un censo de trabajadores inmigrantes regulares en torno a los 39.000, a los que se deben añadir los que se encuentran de manera irregular y, por lo tanto, sus condiciones de trabajo y de seguridad son «por desgracia, mucho peores». Casado entiende, ante la necesidad de mano de obra en Euskal Herria, que en un futuro próximo «la llegada de inmigrantes será una constante» y, por lo tanto, pidió terminar con esa situación con la puesta en práctica de un protocolo que impida esa excesiva vulnerabilidad del trabajador extranjero.

Emilia Málaga explicó que en las oficinas de UGT de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se interpusieron el año pasado 4.093 denuncias de inmigrantes extracomunitarios, de los que un 68% correspondió a trabajadores regulares y un 32% fueron irregulares.

El informe establece una radiografía de la realidad de la mano de obra inmigrante que muestra la situación terrible que padecen a manos de los empresarios. Dámaso Casado explicó que «no todos los patronos explotan» a los trabajadores de fuera de la Unión Europea, pero reconoció que ese cauce lo están utilizando «cada vez más» con el único fin «de obtener mayores ingresos en sus cuentas de resultados». De hecho, Emilia Málaga apuntó que se está produciendo un «incremento exponencial» de los abusos en los empleados extranjeros con papeles en regla. Entre los resultados del estudio de UGT Euskadi destaca que el 53% de las trabajadoras del hogar de origen inmigrante «ha sido víctima de acoso sexual en algún momento de la relación laboral».

El perfil de esta empleada es el de una mujer joven, sin permiso de trabajo o con uno de carácter temporal, que reside en la casa de su empleador y «no tiene contacto con el exterior ni con sus compatriotas», por lo que el abuso «es más fácil de cometer». Además, en ese sector es donde «más insultos xenófobos» reciben las trabajadoras extranjeras.

Impagos salariales

La representante de UGT Euskadi señaló que el mayor número de denuncias interpuestas por los trabajadores inmigrantes fue por impagos de salario, con un 38%. Algunos empresarios obligan también al trabajador a pagarle la cuota empresarial a la Seguridad Social. Un 21% de los trabajadores que presentó irregularidades relató esa situación. Otro 16% denunció «despidos fulminantes, carentes de causa, forma e indemnización y con la negativa a entregar la documentación necesaria para solicitar la prestación por desempleo en el INEM».

A estas principales irregularidades detectadas, se unen otras que se generalizan entre la mano de obra inmigrante como son «el pago con cheques sin fondo, la falta de medidas para la prevención de riesgos laborales, los insultos xenófobos y los abusos en las jornadas laborales, ya que en el sector de Hostelería se les hace trabajar de media doce horas diarias.

También registraron denuncias en la vendimia, en el sentido de que no se aplican medidas de seguridad y salud o por la excesiva subcontratación que sufren. Los trabajadores que interpusieron denuncias proceden de Ecuador, Colombia, Bolivia y Marruecos, y los sectores en los que trabajan son el de Servicios, la Construcción y el Servicio Doméstico.

Málaga explicó que el perfil del empresario explotador es el de «un pequeño empresario, en algunos casos un empleador particular» que, en realidad, «se está aprovechando de las lagunas de la Ley de Extranjería» y recalcó que en este momento «es prácticamente imposible salir de esa situación».

UGT Euskadi explicó que «esos trabajadores soportan estos abusos porque para obtener un permiso permanente es necesario cotizar durante cinco años a la Seguridad Social y «si hay abusos, se ven obligados a aguantarlos», sentenció. la representante sindical .