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«Xala decidió el partido de Bergara; debemos evitar que eso se repita"

Asier OLAIZOLA y Rubén BELOKI

finalistas del campeonato de parejas

Entre los dos acumulan casi una docena de finales en el Parejas y más de una veintena de ediciones disputadas. Saben bien lo que es jugar en medio de un frontón abarrotado, la experiencia es un grado a su favor, pero una final nunca perdona. El lunes realizaron su último entrenamiento en el Ogeta y los dos están ya con las miras puestas en la gran cita del próximo domingo.

Asier AIESTARAN |

Aparentan estar muy tranquilos y, en ese sentido, se cuidan muy mucho de resguardarse adecuadamente del asedio de los medios de comunicación. Saben que mantener la concentración es imprescindible para enfrentarse a un reto como el que tienen por delante: ganar la txapela del Parejas.

El lunes llevasteis a cabo el último entrenamiento en el Ogeta. ¿Con qué sensaciones llegáis a esta recta final?

Rubén Beloki: Pues la verdad es que con muy buenas sensaciones. El lunes entrenamos muy a gusto en el Ogeta, creo que estamos muy bien de moral, con muchas ganas de jugar, y eso es lo importante. Llegados a este punto, solo queda esperar que la elección de material pase sin mayores problemas, estar lo más tranquilo posible y concentrado en la gran final.

Asier Olaizola: Creo que llegamos bien. Yo por lo menos no tengo ningún problema con las manos, que suele ser lo más importante, y estamos con muchas ganas de que llegue la final.

¿Se suele trabajar algo específico en ese último ensayo?

A.O: Nada del otro mundo, se trata más de acabar con buenas sensaciones y colocarse bien en la cancha que otra cosa. Tampoco conviene castigar demasiado las manos.

Rubén ha mencionado la elección de material. ¿Esperáis algo en especial para la final?

R.B: Con que todo siga como hasta ahora me conformaría. Si este campeonato se ha caracterizado por algo es porque no ha habido ninguna polémica con el material y lo ideal sería seguir así hasta el final, o sea hasta la elección del Ogeta. La verdad es que en el partido que jugamos en Bergara ellos sacaron unas pelotas de Punpa muy parecidas a las nuestras y no hubo ningún problema en ese aspecto. No es algo que me preocupe.

Has mencionado el partido de Bergara. ¿Se puede aprender algo de aquella derrota?

R.B: Hombre, yo creo que sí que tenemos que aprender algo de lo que ocurrió en el partido de liguilla. Aquel partido fue muy duro, muy igualado, pero en la recta final Xala entró en los cuadros delanteros y decidió el partido. Creo que, como ya hemos dicho más de una vez, tenemos que evitar que Xala entre adelante y tenemos que cargar el juego sobre Pedro Martínez de Eulate. Tenemos que ser muy regulares en nuestro juego, darle velocidad a la pelota y no perder la concentración nunca.

A.O: Siempre se aprende algo. Hay que decir que en el partido de Bergara yo salí muy nervioso, pero ellos ganaron por méritos propios. Están en un momento de forma increíble y no será fácil ganarles. En cuanto a Xala, todos dicen que tenemos que intentar evitarle, me lo han comentado muchos periodistas, pero me parece importante no obsesionarse con eso y hacer nuestro juego de siempre, lo más tranquilo posible.

Me imagino que, en lo personal, los dos tenéis razones para estar muy contentos. Para ti, Rubén, ganar la tercera txapela por parejas sería el premio perfecto para un gran campeonato.

R.B: Que duda cabe. Cuando se presenta un campeonato de este nivel lo que todos queremos es, ante todo, estar en la final. Luego se puede ganar o perder, pero ser finalista ya te asegura que has hecho una buena competición. Han sido tres meses largos en los que he jugado a un buen nivel, hemos sido muy regulares y nos hemos plantado en la final. Y la verdad es que para un pelotari veterano como yo es importante ver que todavía eres capaz de jugar finales.

Tú mismo has dicho que eres un veterano. Será por los años que llevas en lo más alto más que por la edad.

R.B: Bueno sí, tienes razón. Lo que pasa es que lo de la veteranía me lo dice tanta gente, tantos periodistas, que al final lo acabo diciendo yo. En agosto hará 15 años que debuté, tenía 18 añitos y entonces los que andaban bien tenían la edad que tengo yo ahora, eso es verdad. Pero es que la gente joven viene cada vez más fuerte y es difícil aguantar en lo más alto.

¿Esa experiencia puede ser un elemento favorable para vosotros dos?

R.B: Puede ser. Está claro que en las finales suele haber un ambiente especial, un ambiente muy potente, y tienes que ser capaz de aguantar ese entorno. La experiencia acumulada durante todos estos años te puede ayudar de algún modo a jugar un poquito más tranquilo, a estar concentrado y no perder la cabeza, y eso es lo que vamos a intentar este domingo contra Xala y Eulate.

En cuanto a ti, Asier, jugarás tu cuarta final de Parejas. Una buena marca, más todavía si tenemos en cuenta que tampoco erais los grandes favoritos para ganar la txapela en un principio.

A.O: Estoy muy contento. Yo también pensaba al principio en otras parejas como las favoritas para ganar la txapela, pero al final otros han sido eliminados y nos ha tocado a nosotros jugar la final. Lo que tengo claro es que si estamos nosotros ahí, tanto Xala-Eulate como Rubén y yo, es por algo, porque nos lo hemos merecido. Y personalmente muy contento. El año pasado llegué a semifinales y este año he podido llegar hasta la final. A ver si tenemos suerte y podemos ganar.

Para terminar, el año pasado Aimar jugó la final del Parejas y este año te ha tocado a ti. Goizueta volverá a estar presente en una gran final. ¿Se nota ambiente de final en el pueblo?

A.O: Sí, sí, ya se nota un ambiente especial. Aunque Gasteiz no quede muy a mano para ir desde aquí, y menos con este tiempo, la gente se ha movido mucho y creo que al final habrá bastante gente de Goizueta en el Ogeta este domingo.

Y tú, Rubén, a los de Burlata les has tenido mal acostumbrados durante muchísimos años. ¿Este domingo cómo responderá la afición de Beloki?

R.B: Muy bien. Suele pasar que al principio, cuando eres joven, el pueblo se vuelca mucho más, lo vive un poquito más quizas, eres la novedad. Con el paso de los años, todo vuelve a la normalidad y los que te siguen son los más cercanos: amigos, familiares... Tendré una buena cuadrilla de unas 70-80 personas ayudándome, nunca me han fallado, y a ver si les puedo dar una gran alegría.

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