Saben por qué me llaman el hombre del tiempo? Pues porque trabajo un minuto y me pagan como si trabajase ocho horas». Esta es una de las frases que tiene por costumbre soltar el presentador del parte meteorológico de La Sexta en su edición de las ocho y pico de la tarde-noche. Es un tipo muy simpático. Otro día apareció con un actor disfrazado de un personaje de cómic. Siempre tiene algo que decir previo a contarnos lo de las isóbaras y los anticiclones. Mejor así. Que el humor esté colocado hasta en la información meteorológica es un buen síntoma. Eso sí, que las predicciones sean fiables. Porque si hacemos risas y después no acertamos, malo sería.

Ya sé que La Sexta no llega a todos los mandos a distancia, que hay zonas totalmente oscurecidas, pero resulta que existen en esta cadena ciertos ramalazos de futuro. Hay una parte muy clásica y tronada, donde podríamos incluir los formatos elegidos para el fútbol, pero otra que merece la pena. Hay series de empaque, diría que muy buenas, como «Prison Breack», que merecerá ser vuelta a emitir cuando tenga cobertura total. En fin, que aburridos como estamos con los pelmas de siempre, encontrar cosas que nos ayuden a sobrevivir como estatuas de sal con mando en la mano, siempre es de agradecer.

Yo, por ejemplo, mientras contemplo las operaciones salida estoy ya que no quepo en mí, esperando el anunciado documental del excelentísimo señor don Baltasar Garzón sobre la tortura. Es que no sé si creérmelo. Lo hace con Vicente Romero, uno de los clásicos reporteros del ente público que mantiene el espíritu de servicio y el compromiso vivo desde siempre. ¿Van a hablar de la tortura en TVE? Miro bien y me doy de morros con la realidad. Claro, es sobre la tortura en Argentina durante la dictadura. Algo muy comprometido, sí señor. Así me gusta. Hay que denunciar esas cosas que pasaron hace dos décadas y a diez mil kilómetros. ¿Para cuándo señor juez uno sobre la tortura que usted ha obviado o sobreseído en los cuartelillos, comisarías y demás dependencias de su jurisprudencia? Eso sí sería un notición. Denunciar la tortura, pero la realmente existente aquí y ahora.